La crisis que ha provocado la pandemia del Covid-19 no solo está afectando a las empresas del sector turístico, sino que está arrastrando a otras muchas otras cuya actividad depende de la llegada constante de visitantes. Este es el caso de Majorica, el negocio de creación de perlas artificiales más antiguo del mundo ubicado de la isla de Mallorca (Baleares), que ha entrado en concurso de acreedores, lo que podría suponer la venta o desaparición de una compañía que cuenta con cerca de 300 trabajadores 

Tal y como señalan desde el diario El Mundo, desde que se inició la pandemia, en marzo, la empresa ha dejado de producir, lo que ha llevado al 70% de su plantilla a estar aún en ERTE total, el 30% restante se encuentra en uno parcial. Didier Grupposo, director general de Majorica, ha anunciado que además ahora que se ha decretado perimetral de varias localidades en la isla, la compañía está estudiando la clausura de todas las tiendas de la marca.

Instalada en Manacor (Mallorca) desde 1890, la empresa fue fundada por el ingeniero alemán Eduard Hugo Heusch, que tenía la patente en París pero decidió llevar el negocio a la isla. La empresa ha sobrevivido a la gripe española, dos guerras mundiales o a la Guerra Civil y con el paso de los años se ha convertido en todo un emblema de fama mundial. Sin embargo, no ha podido con el coronavirus.

Las perlas Majorica están compuestas de un núcleo de cristal opalino que tiene las mismas características de densidad y peso que las mejores perlas naturales, recubierto de múltiples capas de "esencia de perla", un extracto que se obtiene de elementos orgánicos procedentes del Mediterráneo, según informan en su página web, sin embargo la totalidad de la fórmula sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de Mallorca.