La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros se ha sumado al malestar de los hoteleros baleares por la entrada en vigor, desde el 1 de enero, de la ecotasa, según ha informado el diario de Mallorca.

El impuesto (dos euros por pasajero y día de estancia) afecta de forma directa a los cruceristas que ya no estarán exentos de abonar la tasa durante las 12 primeras horas en el Archipiélago.

La asociación afirma que este panorama impositivo “aleja peligrosamente a Baleares de cualquier destino competidor y más aún cuando países como Turquía, Túnez o Egipto vuelven al mercado, superados los problemas geopolíticos en el Mediterráneo Oriental”, y agrega que Baleares y Cataluña son los “únicos destinos europeos” que aplican un gravamen sobre estancias a los turistas que llegan a bordo de los cruceros. En el resto de Europa “nos consideran un medio de transporte y no un alojamiento”, subrayan.

Las compañías de cruceros plantean, además, que “la estancia de las embarcaciones de cruceros atracadas en los puertos del archipiélago ya es objeto de las tasas portuarias y de pasajeros por parte de la administración del Estado”. En cuanto al impuesto de 50 céntimos por crucerista en las escalas en temporada baja, desde esta asociación aseguran que “supone un enorme desincentivo” para los barcos que buscan desestacionalizar la oferta operando en las islas todo el año.