Crece el nerviosismo en Canarias tras conocer la postura reacia de la Comisión Europea (CE) a valorar la exención de las Regiones Ultraperiféricas (RUP) de la conocida como ‘tasa verde’ —el impuesto sobre el combustible de los aviones por su alta contaminación— en los vuelos internacionales. 

Tal y como recoge El Día, la directora de Política Regional y Urbana de la Comisión, Monika Hencsey, dejó claro al presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, en un encuentro celebrado esta semana en Tenerife, que la intención de Bruselas es mantener al archipiélago y al resto de RUP en el ámbito de acción del nuevo gravamen medioambiental. 


Según Hencsey, unos estudios encargados por la CE defienden que la tasa no afectará significativamente al precio de los billetes de británicos, alemanes, franceses, nórdicos y del resto de mercados emisores que sustentan la economía canaria a través del turismo. Sin embargo, desde el sector de la aviación comercial ya han avisado de que la fijación del impuesto a las emisiones de carbono de los aviones compromete hasta un 10% de la facturación turística. 

Para el presidente canario, la exención de la tasa es una cuestión de “supervivencia” para Canarias, dada su dependencia del sector turístico para mantener activa su economía. De momento, la exención de esa tasa incluye al transporte aéreo interinsular y al que comunica cada región ultraperiférica con el país al que pertenece, pero no a los vuelos con otros países europeos, a no ser que se utilicen combustibles sostenibles como el SAF.