España sería uno de los países de la Unión Europea más afectados por los impuestos a la aviación, ya que su posición geográfica periférica provoca que sea “un medio de transporte fundamental”.

En su intervención en el acto de celebración del 70º aniversario de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Fernando Valdés, el secretario de Estado de Turismo, ha declarado que si bien el Gobierno “está comprometido” con la transición ecológica, consideran que la aplicación de la normativa europea no puede generar “asimetrías” entre los países miembros. 

Valdés hace referencia al programa que prepara Bruselas para la transición ecológica (Fit for 55). Este proyecto propone medidas como un nuevo impuesto al queroseno o una limitación de los derechos de emisión del CO₂. De hecho, tal y como informa el diario ABC, el secretario ha explicado (ALA) que se está trabajando en un análisis sobre el impacto de las medidas y posibles alternativas que se deberían incorporar a la hoja de ruta comunitaria. 

Una postura contradictoria


A pesar de que desde la Secretaría de Turismo muestran ciertas reservas sobre la implantación de impuestos a nivel europeo, lo cierto es que desde el propio Gobierno español se ha planteado la implantación de una tasa a los billetes de avión. Esta propuesta estaba incluida en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y ya recibió el rechazo frontal de ALA, que argumentaba que no la consideraban una buena solución para la protección del medio ambiente, además de que generaría “la expulsión de 84.000 turistas por cada punto porcentual que se graven los billetes”.