El Ayuntamiento de Barcelona, presidido por Ada Colau, está multando a los barceloneses que comparten sus residencias con turistas con hasta 60.000 euros, todo ello pese a que la normativa actual no penaliza esta actividad. 

El Consistorio barcelonés ha cerrado más de 4.000 pisos turísticos en los últimos meses que se ofertaban de manera irregular en la plataforma Airbnb. Incluso, solicitó la colaboración de la empresa para erradicar el alquiler de pisos sin licencias a través de su web.

Ahora, según ha informado Crónica Global, el Ayuntamiento ha puesto en el punto de mira a los ciudadanos que alquilan las habitaciones de sus hogares a turistas, actividad denominada homesharing (hogares compartidos) y que aún no está regulada, aunque se espera que lo esté el próximo mes de septiembre bajo el decreto de turismo de Cataluña.

Pese a que la práctica no es considerada ilegal, el Consistorio de Barcelona ha impuesto multas de 60.001 euros a 4.000 vecinos que la han llevado a cabo. Al respecto, la asociación Veins i Anfitrions (ViA) de Barcelona criticó esta medida preguntándose qué pasará con aquellos que alquilan sus estancias a estudiantes, así como determinó que la actividad no tiene nada de malo siempre que se cumpla con el pago de impuestos.