El primer teniente alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció en la quinta edición del Summit Economy and Shopping, celebrado del 7 al 8 de octubre en Madrid, su intención de crear un fondo, con aportaciones públicas y privadas, destinado a impulsar acciones concretas para fomentar el turismo sostenible y cultural.

Según ha informado La Vanguardia, esta inicitiva forma parte del objetivo de cambiar el modelo turístico de Barcelona. Bajo este marco, el pleno del Ayuntamiento aprobó a principios de este mes el aumento, de hasta cuatro euros, de la tasa turística en la ciudad condal.

La finalidad de la nueva propuesta, de acuerdo con Collboni, consiste en la promoción turística de Barcelona y su área metropolitana para captar un turismo de calidad. También, en ayudar a los operadores (hoteles, restaurantes o equipamientos culturales) a realizar los trabajos necesarios para adaptarse a un nuevo modelo turístico más sostenible, así como mejorar la oferta cultural para captar a ese turismo de calidad. En este último apartado, se pretende seguir las estrategias de destinos como Londres o Nueva York.

Así, el dinero del fondo iría destinado a restauraciones de patrimonio, a la organización de festivales internacionales de teatro, danza, música o circo y al enriquecimiento de la oferta cultural, especialmente en meses como agosto, cuando este tipo de programaciones escasea. Lo cierto es que el Consistorio está inmerso en la transformación del modelo turístico, algo que ha llevado a Collboni a reunirse con corresponsales de la prensa extranjera.

Lo cierto es que Barcelona necesita estas acciones más que nunca, debido a la imagen de caos que circula de la ciudad en los medios extranjeros, por la oleada de manifestaciones ciudadanas en contra de la sentencia del TS que condena a prisión, por un delito de sedición, a líderes políticos y civiles catalanes, que participaron en el proceso independentista. Tal es así que el pasado lunes, día que se conoció la sentencia, se cancelaron más de 100 vuelos y unos 8.000 pasajeros quedaron hacinados en el aeropuerto de Barcelona por las protestas.