El sector del autobús está contra las cuerdas. La crisis del COVID-19 ha forzado el parón de la actividad turística, el cierre de colegios, la suspensión del fútbol y el aplazamiento de eventos multitudinarios, como los conciertos, los principales negocios de las empresas de autobuses. Como consecuencia, su facturación es igual a cero desde el pasado marzo, aunque los gastos hayan continuado. Una situación que podría derivar en "impago de nóminas y despidos", tal y como señaló Rafael Barbadillo, presidente de la patronal Confebus, en declaraciones a La Vanguardia

Barbadillo calcula que, de los 42.000 autobuses que operan en España, el 70% está parado. El porcentaje que sigue activo, de acuerdo con el presidente de Confebus, corresponde a los vehículos que prestan servicios de transporte urbano, de cercanías o regionales que, sin embargo, han sufrido el desplome de la demanda. La patronal estima que el sector necesita alrededor de 2.000 millones para sobrevivir, un presupuesto que intentarán conseguir a través del "ahorro o capital".

Exigencias al Estado

Precisamente, los empresarios del autobús se lanzaron a la calle ayer, miércoles 10 de junio, en diferentes puntos de España, para denunciar su situación y exigir la intervención del Estado. En concreto, piden un fondo de contingencia, la prórroga de los ERTE hasta después del 30 de junio y el levantamiento de las restricciones de aforo, ya que los autobuses cuentan con un sistema de filtración, como el de los aviones, que filtra los agentes contaminantes. Sin este tipo de facilidades, Confebus teme la destrucción de 3.300 empresas, 80.000 puestos de trabajo y 3.000 millones de facturación.

El papel del turismo

Según el diario citado, estas empresas registran el grueso de su facturación, hasta el 70%, entre los meses de marzo y julio gracias al turismo. La incertidumbre que reina sobre la llegada de turistas o la activación de los viajes interprovinciales dibuja un futuro poco halagüeño para el sector, que cree que la normalidad no llegará hasta marzo de 2021, aunque algunas voces son más pesimistas y no la esperan hasta el 2022.