El grupo IAG, matriz de las españolas Iberia Vueling, ha fijado el límite de 47,5% de participaciones en manos de accionistas no comunitarios. El objetivo de esta medida es poder seguir operando en España y la Unión Europea tras el Brexit.

Tal es así que, a partir de ahora, “no podrá tener lugar ninguna adquisición de acciones de IAG por parte de personas de fuera de la Unión Europea”, ha recalcado el propio holding. Esta medida, a su vez, fue comunicada ayer la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Según ha informado El Confidencial, en el caso de que un inversor extracomunitario se saltara el veto y comprara acciones a partir de este momento, IAG le enviaría una notificación en la que se comunicaría la suspensión de los derechos políticos de esos títulos, así como su obligación de venderlos en un plazo máximo de 10 días. Cabe destacar, que los británicos serán tratados como ciudadanos de la Unión Europea, por lo que no estarán sujetos a estas restricciones.

Esta ha sido la reacción del holding, después de que Bruselas lo presionara para reestructurar su accionariado y le concediera una prórroga de siete meses para ello. Y es que, Iberia y Vueling deben demostrar que, como mínimo, el 51% de su capital está en manos de accionistas comunitarios, algo que no sucede en la actualidad. Los derechos económicos de las dos aerolíneas pertenecen a IAG, cuyos propietarios principales son de fuera de la Unión Europea (Qatar Airways, la gestora estadounidense Capital Group, la también estadounidense BlackRock y el británico Standard Life Aberdeen).

No obstante, el paso dado por el grupo no despeja la incertidumbre ya que el principal problema al que se enfrenta es que se desconoce si los accionistas británicos seguirán siendo considerados miembros de la Unión Europea cuando se materialice el Brexit.