La Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil de Francia (BEA) ha publicado una nota informativa en la que alerta sobre grietas y microfisuras halladas en los restos del motor de un Airbus A380 de Air France que explotó en pleno vuelo el 30 de septiembre de 2017.

Según recoge On the Wings of Aviation, la autoridad gala señala que las grietas y microfisuras podrían ser el motivo del accidente que provocó que el vuelo AF66 entre París (Francia) y Los Ángeles (Estados Unidos) perdiese su motor 4 cuando sobrevolaba Groenlandia y tuviese que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto canadiense de Goose Bay sin lamentar ninguna víctima.

El motor fue fabricado por el consorcio Engine Alliance, compuesto por Pratt & Whitney y General Electric, y hay 152 unidades del A380 que lo tienen equipado, la mayoría de ellos en las flotas de Emirates, Air France, Korean Air y Etihad.

Una vez la BEA emita su informe final sobre el fallo, incluyendo posibles soluciones, las citadas aeronaves tendrán que ser sometidas a una minuciosa inspección para descartar que no sufran fallos similares. Esta revisión, mediante la que se comprobarán todas las piezas del motor, provocará que los aviones permanezcan durante varias semanas en tierra.

Más problemas para un modelo que se despide

No es la primera falla que se encuentra en este modelo ya que en el pasado mes de julio la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) emitió una directiva que ordena la revisión de las alas tras hallar microfisuras en ellas. Estos problemas sólo afectan a una parte del ala exterior de los 25 aparatos más antiguos de este modelo.

Cabe recordar que a principios de año, concretamente en febrero, Airbus anunció que dejará de producir este tipo de avión en 2021, debido a la escasa demanda y altos costes de producción.