Tras un año muy negativo para el negocio de la aviación, con pérdidas millonarias y miles de despidos, Airbus y Boeing prevén que 2021 no será un año con mejores resultados. Durante el 2020, los fabricantes han entregado 800 aviones a las aerolíneas, aproximadamente la mitad de lo previsto a principios de año debido a las numerosas peticiones de cancelación y posposición de pedidos.

Por el momento, las aerolíneas tienen programada la recepción de 1.302 aeronaves para el 2021, sin embargo, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) espera que se den más cancelaciones y retrasos en las entregas, ya que las compañías aéreas no esperan una recuperación de la demanda a niveles pre-Covid hasta el 2024, debido a la “débil” confianza de los viajeros. De hecho, la industria pronostica unas pérdidas de 32.000 millones de euros en 2021.

Estas perspectivas están provocando que las aerolíneas no solo pospongan la entrega de nuevos aviones, sino que están acelerando la retirada de los viejos en un intento de recortar costes. La flota de las líneas aéreas ha disminuido de 29.697 aviones en 2019, a 24.500 en 2020, casi 5.200 aeronaves menos. El tamaño medio de los aviones también disminuye, ya que las compañías se centran ahora en viajes de corto y medio recorrido, así que teniendo en cuenta ambos aspectos, el número de asientos disponibles, ha caído: se espera que a finales de este año existan un 23% menos con respecto a 2019.

Según Vozpópuli, en cuanto a los resultados económicos de los fabricantes, durante los 9 primeros meses de este año Airbus perdió 2.686 millones de euros y Boeing, aproximadamente 2.900 millones de euros, ya que el gigante estadounidense también arrastra los problemas de su 737 MAX.