Estados Unidos y la Unión Europea han puesto fin, al menos de momento, a la guerra arancelaria entre los fabricantes de aeronaves Boeing y Airbus, que duraba ya casi 17 años. Ambas potencias han acordado suspender durante 5 años los aranceles que se estaban aplicando a las compañías y cuyo coste había ascendido ya a los más de 10.000 millones de euros.

Concretamente, se habían aplicado en aduanas más de 6.000 millones de euros desde Estados Unidos y casi 3.300 millones desde la Unión Europea. Las empresas más perjudicadas hasta ahora por este conflicto —y a partir de ahora las más beneficiadas por el acuerdo— eran, por supuesto, los propios fabricantes y, por consiguiente, las aerolíneas.
 


 

Asimismo, según la información del diario El Mundo, se creará una comisión para trabajar en los detalles y posibles futuros desacuerdos que puedan ocasionarse. Este grupo de trabajo también tratará de encontrar una solución definitiva, ya que el acuerdo de suspensión de aranceles es temporal.

Según un comunicado emitido por la comitiva estadounidense, “Estados Unidos y la Unión Europea han logrado un gran avance en la disputa comercial Boeing-Airbus tras más de 16 años”. Este acuerdo —añade el escrito— “garantiza la igualdad de condiciones para las empresas y trabajadores”.

Asimismo, Estados Unidos señala ahora a China y recurre a la Unión Europea para trabajar conjuntamente en “contrarrestar las prácticas del país asiático en este sector (el de la aviación), que brindan a las empresas chinas una ventaja injusta”, según reza el comunicado.