Tras décadas de abandono e incidentes en sus instalaciones, el resort Ten-Bel de Arona (Tenerife) —considerado la primera ‘ciudad vacacional’ de España— comienza a ver la luz. El holding estadounidense Libra Group está llevando a cabo una inversión de 15 millones de euros para renovar uno de los clásicos complejos de apartamentos del malogrado resort: el Hotel Alborada, actualmente conocido como Alborada Ocean Club.

Según indica Diario de Avisos, el citado fondo adquirió hace un año el 58% del complejo, es decir, 285 apartamentos —el 42% restante, 196 unidades, están en manos de propietarios particulares—. Actualmente, cerca de un centenar de estos apartamentos está en “fase de terminación”, tal y como ha indicado al citado medio María Correa, directiva de Sparta, la filial inmobiliaria de Libra Group que está llevando a cabo la rehabilitación del complejo ubicado en el sur de Tenerife.

La previsión es que las obras concluyan en noviembre para poder inaugurar el complejo antes de que finalice el año y, además, la intención de los nuevos propietarios es elevar la categoría del establecimiento desde las 3 hasta las 4 estrellas. Para ello, no solo se acometerá una renovación integral de los apartamentos, con la sustitución del mobiliario y un cambio de imagen, sino que también se reemplazarán las instalaciones de fontanería, electricidad y los sistemas de protección contra incendios. Además, se cambiará el pavimento degradado de la piscina La Ballena, considerada por Correa como la “gran joya” del complejo, dado que está considerada “la piscina de agua de mar más grande de Europa”.

Un resort en decadencia


Ten-Bel (Tenerife-Bélgica) nació en 1963 de la mano del empresario originario del Congo Belga —antigua denominación colonial del país africano—, Michel Albert Huygens, quien compró una superficie de más de 500.000 m² en Arona. En los años 70, disponía de más de 5.200 plazas distribuidas en diferentes complejos bajo los nombres Carabela, Eureka, Bellavista, Géminis, Drago, Frontera, Primavera, Maravilla y Alborada. A ello se sumaba una cocina central, restaurantes en todos los complejos, jardines, salas de fiestas y juegos y espacios deportivos. Con el paso de los años, y especialmente a partir de la muerte de Huygens en 2002, las instalaciones cayeron en el abandono, siendo pasto de la inseguridad, la okupación o el corte de suministros como agua y luz. Tras plantearse iniciativas hace algunos años para su recuperación, la encabezada por Libra Group es la primera que se materializa en cerca de dos décadas.