Teletrabajo, nómadas digitales y workations son términos que se han ganado a pulso un espacio en la industria del turismo. Muchos destinos están desarrollando estrategias para la captación de turistas que deciden desplazarse a lugares propios de unas vacaciones (‘sol y playa’, naturaleza, etc.) para desempeñar su actividad profesional a distancia, rodeados por un entorno idílico; de forma paralela, los empresarios turísticos están creando productos expresamente pensados para este nuevo perfil.

Pese a las posibilidades de crecimiento en este segmento, hay que tener en cuenta los límites que establece la legislación fiscal y laboral, que pueden provocar que muchos viajeros profesionales no terminen totalmente decepcionados con la experiencia. Según explica FVW, esto puede pasar con muchos alemanes que opten por teletrabajar fuera del país y que desconozcan el funcionamiento del sistema.

Por ejemplo, si un trabajador remoto pasa más de cuatro semanas en otro país puede incluso llegar a ser expulsado del sistema de seguridad social alemán, incluyendo la cobertura sanitaria. En caso de contar con un seguro médico, también deben informar a su compañía, así como revisar las coberturas sobre accidentes y responsabilidad civil.

De igual manera, dependiendo de la duración y del tipo de actividad, también pueden encontrar obstáculos tributarios. Por ejemplo, si un trabajador alemán está más de 183 días en España, se le considerará residente fiscal y tendrá que tributar tanto en Alemania como en España —aunque gracias al convenio hispano-alemán pueden deducirlos por doble imposición en su declaración sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)—.