Las autoridades de Sri Lanka han requisado un avión ruso este jueves, cuando se disponía a despegar desde el Aeropuerto Internacional Bandaranaike, en Colombo, rumbo a Moscú con 200 pasajeros a bordo.

Los responsables del aeropuerto recibieron una orden por parte del Tribunal Comercial de Colombo para detener el A330 de la aerolínea Aeroflot, tal y como informa Gulf News. Si bien aún no se ha especificado, todo indicaría que se podría tratar de una de las aeronaves de arrendatarios extranjeros.

Según el portal Planespotters, el avión en cuestión tiene el número de matrícula RA-73702 desde abril de 2022, pero anteriormente constaba de la matrícula VQ-BMY, siendo propiedad de la compañía irlandesa de leasing Celestial Aviation Trading 10 Ltd.

Cabe recordar que el pasado mes de marzo las sanciones internacionales interpuestas a Rusia por la invasión de Ucrania obligaron a las empresas extranjeras de arrendamiento de aeronaves y de motores a rescindir sus contratos con las aerolíneas rusas. Dicha decisión se podría haber traducido en el bloqueo de la industria aérea, por lo que desde el Kremlin se prohibió a las aerolíneas del país realizar vuelos internacionales para evitar que los embargos de los aviones alquilados. También permitió a las líneas aéreas rusas inscribir los aviones en el registro nacional ruso, pese a que ya estaban registradas en Irlanda o Bermudas. Esto contraviene las reglas internacionales de aviación.

Teniendo en cuenta ambos aspectos, todo apunta que se trata de un embargo por orden internacional.

¿Presión por parte de Sri Lanka?


Aeroflot suspendió los vuelos internacionales en marzo, sin embargo, retomó los vuelos hacia Colombo en abril sin que, hasta ahora, hubiese ningún incidente. Desde los medios internacionales especulan con que este movimiento por parte de Sri Lanka podría deberse a la dramática situación económica que está viviendo el país que, ante la escasez de divisas extranjeras, se ha quedado sin combustible y sufre escasez de alimentos y medicamentos.

Los analistas apuntan que el país asiático habría buscado ayuda en Rusia para saciar su “sed de petróleo” y este movimiento podría ser una medida de presión.