Las playas del Caribe mexicano han sido invadidas por toneladas de sargazo. Los hoteleros de Cancún (Quintana Roo) y de las localidades aledañas estiman que la presencia de estas macroalgas puede generar pérdidas de 2.920 millones de dólares

Según ha informado RT, la Red de Monitoreo del Sargazo en Cancún ha indicado que las macroalgas, que desprenden un olor fétido, cubren más de 150 kilómetros del litoral del estado de Quintana Roo. El director de la Red, Esteban Amaro, indicó que se podría acumular hasta un millón de toneladas de estas algas en las costas, todo un "mar de sargazo”, debido a la incidencia de las corrientes, las mareas y vientos dominantes.

Los empresarios hoteleros de la región han pedido al Gobierno que actúe con la máxima celeridad para evitar pérdidas económicas, cifradas en 2.920 millones de dólares, el 20% de los 14.601 millones percibidos por el núcleo turístico en 2018. Y es que, el turismo supone la tercera actividad para la economía mexicana.

En este sentido, Roberto Citrón, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, manifestó que el “tema del sargazo debe verse como una prioridad nacional y de desastre” debido a que las “afectaciones son de índole turístico y social”. Por su parte, el Ejecutivo presidido por Andrés Manuel López Obrador acordó el pasado enero la instalación de una Comisión Interinstitucional para hacer frente a la crisis del sargazo.

La presencia de estas macroalgas afecta a unos 1.075 hoteles ubicados en los arenales de Cancún, Puerto Morelos, Isla Mujeres, Cozumel, Holbox, Tulum, Chetumal, Solidaridad, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Mahahual.

El origen

Algunos expertos indican que la macroalga proviene de la zona del océano Atlántico, entre África y Brasil, que llega hasta las costas caribeñas por las corrientes marinas. Otros, señalan al exceso de nutrientes en las costas, debido a la presencia de desechos humanos (aguas residuales y fertilizantes) vertidos en el mar, que aceleran el crecimiento del sargazo.

A este respecto, la investigadora Brigitta Ine van Tussenbroek, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reparó en que la contaminación favorece la proliferación del sargazo, perjudicando a los ecosistemas costeros y a las playas.