Turquía sigue haciendo gala de su recuperación turística. Tan solo en 2018, espera recibir a 40 millones de turistas, siendo la mayoría de ellos de procedencia alemana. De hecho, los germanos son el segundo grupo de visitantes que más acoge el país otomano, por detrás de los rusos.

La suspensión del Estado de Emergencia en el país, ha llevado a la Oficina Federal de Asuntos Exteriores de Alemania (Auswärtiges) a rebajar el nivel de alerta para quienes deseen visitar Turquía. Esta acción se ha notado en los datos, ya que 1,56 millones de alemanes viajaron al país en los seis primeros meses del año.

Según ha informado el diario alemán Mopo (Hamburger Morgenpost), en 2015 se produjo el mayor pico de turistas alemanes en Turquía, con 5,6 millones de visitantes. En 2016 y 2017 esta cifra se redujo en 3,6 millones, aunque la Federación Hotelera de Turquía estima hospedar a 4,7 millones de alemanes este año y a medio plazo a 7,5 millones.

El auge turístico que vive el país, un destino competidor de España, se debe sobre todo a los precios económicos. Ya que, el declive de la moneda nacional, la lira turca, ha rebajado los costos en restaurantes y bares. Además, la presencia policial ha disminuido notoriamente en las zonas turísticas de Bodrum o Alanya. En este sentido, la llegada de turistas a Turquía, con sus respectivos gastos, que se estiman en 32.000 millones de dólares, ayudará a frenar la caída de la lira turca.

Por otro lado, mientras que la relación entre Turquía y Alemania se estabiliza gracias al turismo, el país otomano no vive su mejor momento con Estados Unidos, ya que el Ejecutivo de Donald Trump exige la liberación del reverendo Andrew Craig Brunson, detenido en octubre de 2016 tras el intento de golpe de Estado fallido.