Al sudeste de Turquía se encuentra Hasankeyf, un asentamiento a la vereda del río Tigris que cuenta con 12.000 años de antigüedad y es poblado principalmente por kurdos.

Según explica el diario alemán Tagesschau, pese a su valor histórico, este enclave se acerca inexorablemente a su final, ya que el gobierno turco pretende inundar el pueblo como parte del proyecto de la presa Ilisu. Tanto los locales como algunos expertos internacionales han mostrado su rechazo a esta medida, de hecho la Unión Europea retiró los fondos para evitar que la represa fuese completada.

Sin embargo, su construcción está a punto de terminar; concretamente se encuentra completada en un 98%. Numan Kurtulmuş, ministro de Turismo de Turquía, ha asegurado que el dique no es preocupante, ya que el gobierno prevé reconstruir muchos monumentos de la zona para crear el denominado Parque Cultural de Hasankeyf.

Hasankeyf formaba parte de la ruta de la seda y es un lugar en el que se encuentran restos arqueológicos de hasta nueve civilizaciones, contando incluso con una ciudadela romana que convive con los minaretes otomanos. En los últimos años había experimentado un boom turístico, probablemente potenciado por los viajeros que temían no tener oportunidad de visitarlo tras la inundación.