Al parecer el naturismo no sólo es la doctrina que preconiza el empleo de agentes naturales para la conservación de la salud y el tratamiento de las enfermedades. El concepto se ha extendido e incluye a las personas que practican en nudismo como estilo de vida.
Solteros, parejas y hasta familias enteras lo practican para conectar de manera más honesta y libre entre ellos y con el medio que los rodea. Para muchos sería una utopía imaginar un lugar con estas características; sin embargo, existe y se considera uno de los sitios más abierto y felices, gracias a esa filosofía de vida.
Se llama Cap d’Agde y está situado en la ciudad de Agde, en Francia. Es un complejo de edificios al lado de la playa y acoge a una pequeña comunidad de naturistas que han llegado de todas partes del mundo. Todos van desnudos por la calle e, incluso, dentro de la tienda, siempre manteniendo el respeto por los demás.
Según publicó el periódico ‘The Guardian’ en 2015, la manera de vivir de estas personas ha hecho que la ciudad sea considerada una de las más tranquilas y amables del mundo. Casi toda la actividad gira en torno a la playa. Una parte es familiar y en la otra está permitido tener sexo: con un lado reservado para las parejas heterosexuales y otro para las homosexuales.
Aunque no está permitido tomar fotografías, muchas de las historias sobre lo que sucede allí han llegado a Internet y revelan que los ‘swingers’ eligen ese destino para experimentar sexualmente y cumplir sus fantasías.
Esta metrópoli de la ‘utopía sexual’ atrae a muchos turistas curiosos, lo que proporciona una estabilidad económica. Se dice que no es caro vivir allí e, incluso, se cobra un pequeño ‘impuesto’ a los que quieren disfrutar de la playa y eso se revierte en la comunidad. Cap d’ Agde es una especie de paraíso nudista, donde lo más importante es conectar consigo mismo y con la naturaleza.