Singapur ha anunciado que acogerá cruceros “a ninguna parte” a partir de noviembre. Estos viajes con salida y destino en la ciudad-Estado pretenden reactivar las operaciones de los barcos para salvar la economía de las navieras.

El Departamento de Turismo de Singapur ha autorizado estas travesías, que no atracarán en otros puertos y cuyo aforo estará reducido en un 50%. Los viajes estarán limitados a singapurenses y residentes del país, que tendrán que realizarse las pruebas del Covid-19 antes de embarcar, tal y como recoge elEconomista.

Las navieras Genting Cruise Lines y Royal Caribbean Internacional serán las encargadas de probar estos viajes-piloto. Las compañías de cruceros se encuentran a unos niveles de actividad muy lejanos a los de antes de la pandemia, ya que, si bien algunos países han comenzado a permitir los cruceros, el mercado más importante (Estados Unidos) sigue paralizado.

Estos viajes "a ninguna parte" no son nada nuevo. La aerolínea Singapore Airlines ya tuvo que suspender sus vuelos sin destino (que despegan y aterrizan en el mismo aeropuerto) a finales de septiembre, tras la polémica por la contaminación que causarían. Sin embargo, la australiana Qantas o la japonesa ANA siguen planeando este tipo de viajes.