Un clásico de cada verano son los vídeos que se viralizan en los que se puede ver a los huéspedes de un hotel protagonizando “batallas” por hacerse con una hamaca junto a la piscina o en primera línea de playa. Muchos se están preguntando si la situación se volverá aún más violenta teniendo en cuenta que las medidas de distanciamiento social post-Covid harán que el número de tumbonas disponibles se reduzca considerablemente.

Una vez que se abran de nuevo masivamente al turismo resorts de destinos tan populares como España, Grecia o Turquía puede llegar a darse situaciones peliagudas. Así lo sostiene Mirror que pone como ejemplo los complejos de TUI, donde se han redistribuido las hamacas para garantizar la distancia de seguridad y, por tanto, es menor el número de las que están más cerca de la piscina principal.

El citado diario explica que se está trabajando para situar tumbonas en otras áreas del hotel y así garantizar que haya lugar para todos, sin embargo, estas estarán lejos del tan ansiado borde de la piscina. A todo ello se suma una medida que puede ser frustrante para los clientes: no se podrá modificar la posición de las hamacas. Una portavoz de TUI explicó que determinarán ubicaciones específicas para las tumbonas para asegurarse de que están correctamente distanciadas. También ha explicado que las desinfectarán cada vez que un huésped la abandone para que pueda ser utilizada por otro.

Cabe recordar que previamente a la crisis del coronavirus, muchos hoteles habían llegado a una solución para esta guerra. En concreto permitían reservar la tumbona preferida con antelación, pagando una tarifa por ello. Los establecimientos pioneros en implementar este tipo de servicio fueron los pertenecientes a Thomas Cook.

La situación en las playas

Una situación similar se podría producir en las playas de España, Grecia o Italia, por ejemplo, donde cada municipalidad ha optado por soluciones diferentes con el fin de controlar el aforo de las mismas.

Mientras que algunos arenales serán parcelados en grandes áreas separadas por grupo de edad o actividad, otras proponen crear compartimentos individuales acordonados por los que los bañistas también tendrán que “pelear” en los días pico del verano. En Mirror ponen como ejemplo la playa de Silgar, en Pontevedra, donde se crearán un total de 780 espacios delimitados.