Pese a que algunas de las principales atracciones turísticas de Reino Unido vinculadas a la familia real —como los castillos de Edimburgo, de Windsor o la Torre de Londres— han anunciado que permanecerán cerradas durante el período de duelo oficial de 10 días por el fallecimiento de la reina Isabel II, se espera una avalancha de visitantes interesados en lo conocido como “turismo fúnebre”.

Tal y como recoge el Breaking Travel News, ya se está produciendo un peregrinaje de personas hacia Londres, donde el próximo 19 de septiembre tendrá lugar el velatorio oficial de la monarca.

Los establecimientos alojativos locales ya han registrado un aumento de la demanda y se espera que los visitantes acudan en masa a la capital durante los próximos días. Thomas Emanuel, director senior de la compañía especializada en el análisis de datos de la industria hotelera STR, destaca que habrá afluencia de medios de comunicación y dignatarios, pero también de “personas que solo quieren estar allí”.

Si bien no proporcionan datos, los precedentes históricos pueden servir de contexto. El último funeral de estado, el de Winston Churchill en 1965, atrajo a una comitiva de 300.000 personas. El tirón de la familia real es aún mayor: en 2011, durante la boda real del príncipe Guillermo y Kate Middleton, 600.000 personas acudieron a Londres durante el fin de semana.

De hecho, desde el Gobierno de Reino Unido ya han advertido que esperan “grandes multitudes” que viajarán al Palacio de Buckingham y a otras residencias reales para “presentar sus respetos”.