Adivinar el futuro es muy arriesgado, pero si se puede intuir las tendencias porque hay indicadores suficientes como para tener la información suficiente que nos ayude a valorar el futuro más inmediato y sin duda en turismo, la sostenibilidad y la digitalización son las palabras clave, pero quisiera añadir el comienzo también de la regeneración (como estrategia de compensación) que incluso en la próxima edición de Fitur 2023 ya aparece.

Sin embargo, cuando se habla de sostenibilidad su comprensión, su implementación y esencialmente sus beneficios siguen sin tenerse claros y es urgente revertir esa situación. ¿Por qué? Vamos a verlo.

Lamentablemente, el término y concepto de sostenibilidad se ha puesto de moda, porque la oferta está convencida que es un valor que ayuda a vender, y esto ha desembocado en un “green-washing” casi desbordado.

Es muy extraño ver alguna empresa, o destino turístico que no se promocione como sostenible, lo que cada vez está provocando una mayor desconfianza en la demanda.
 

Campo abierto

 

En muchas ocasiones se ha transformado, en el ámbito del marketing, el apellido comercial de “verde” o el prefijo de “eco” por el de sostenible, sin un criterio técnico que lo avale y lejos de cumplir con unos objetivos de calidad y competitividad.

Por usar el ejemplo de la agricultura, que pasó de ser natural a ecológica, luego en los casos más avanzados a orgánica, ahora se habla de sostenible y en poco tiempo debería de pensarse en regeneradora del entorno natural donde se desarrolle, porque al fin y al cabo se trata de pensar en recuperar todo lo que se pueda el ecosistema de origen y evitar tratamientos adversos y agresivos contra el entorno y los propios cultivos, para de esta forma lograr que el recurso primario sea sostenible y, por tanto, competitivo, y esto implica una gestión eficaz y de calidad.

Pues algo similar ocurrirá con el turismo y en concreto con los destinos, que son los territorios que acogen esta actividad productiva y que dependen del entorno de una forma muy directa, ya que son los espacios donde también se pueden actuar contra los impactos negativos de la crisis climática y de biodiversidad y de esta forma no solo mitigar, sino encontrar oportunidades de mejora para el negocio turístico.
 

Para ser sostenible, primero es necesario tener un entorno de destino saludable, conservado y con una calidad percibida"


Los destinos deben usar la sostenibilidad para tener éxito y no lo contrario, es decir, usarla como una herramienta y no como un fin u objetivo

Para ser sostenible, primero es necesario tener un entorno de destino saludable, conservado y con una calidad percibida, tanto a nivel ambiental, como social y económica.

Una vez se ha conseguido este status bien porque existía, bien porque se ha regenerado (algo necesario en una mayoría de destinos) es cuando es imprescindible buscar la sostenibilidad para que esta situación perdure en el tiempo y así el negocio turístico funcione correctamente.
 

Para ser sostenible, primero es necesario tener un entorno de destino saludable, conservado y con una calidad percibida, tanto a nivel ambiental, como social y económico"


Es necesario asumir que los recursos que se usen para la producción turística son limitados y, por tanto, su gestión ha de ser eficaz al máximo, para evitar su agotamiento o deterioro.

Entender e implementar la sostenibilidad en el turismo, incluyendo la regeneración previa es sin duda “innovación”, que deberá usar la mejor tecnología disponible.

 

*Arturo Crosby es editor de Natour magazine.