Muchas veces, cuando se toman decisiones políticas, no se tiene en cuenta la realidad de determinados sectores productivos, no es lo mismo una fábrica de coches, un comercio o un establecimiento turístico que está abierto las 24 horas 365 días al año. Tampoco se tiene en cuenta que el 70% de los establecimientos hoteleros españoles son gestionados como pequeñas Pymes y por autónomos, y donde el número máximo de habitaciones no supera las 45 unidades, y donde normalmente los costes operativos ya están demasiado ajustados; por lo que no se puede pensar que el negocio de la felicidad se gestiona como una fábrica de bobinas de hilo. El empresario autónomo tendrá más carga de trabajo, tendrá más costes laborales y más estrés para sacar el negocio adelante, y al final terminará cerrando, o con un ataque al corazón o como mínimo un “ictus”.

Con todo esto, en un mundo que evoluciona constantemente, las dinámicas laborales también están experimentando cambios significativos. Uno de estos cambios se encuentra en la nueva propuesta de reducción de la jornada laboral, pasando de 40 horas semanales a 37.5 en todas las empresas. Esta modificación puede afectar a la industria turística, elevando los costos laborales en más del 6,25% y repercutiendo en el precio de las habitaciones en diversos tipos de alojamientos. Además, se manifiesta la necesidad de contratar más personal para cubrir los tres turnos de 8 horas necesarios para garantizar una atención al cliente y una recepción disponibles las 24 horas del día, los 365 días del año.

Impacto en los costos laborales
 

La reducción de la jornada laboral en la industria turística plantea desafíos importantes para los empleadores. A pesar de la disminución en las horas de trabajo semanales, los costos laborales pueden aumentar considerablemente debido a diversos factores. Principalmente, esto se debe a la necesidad de contratar más empleados para garantizar la continuidad en la atención al cliente y la recepción durante todo el año.

El costo laboral aumentará más del 6,25%, ya que, a pesar de tener menos horas por empleado, se requiere una mayor cantidad de personal para cubrir los tres turnos de 8 horas necesarios. Esto incluye no solo a los trabajadores en posiciones de atención al cliente y recepción, sino también al personal de limpieza, mantenimiento y seguridad, cuyas funciones son esenciales en la industria turística.

Recepción hotel

Recepción de hotel.

Aumento del precio de las habitaciones
 

Uno de los efectos más notables de la reducción de la jornada laboral en la industria turística será el aumento del precio de las habitaciones en los diversos tipos de alojamiento, como hoteles, hostales y apartamentos turísticos. Este incremento responde directamente al aumento de los costos laborales mencionados anteriormente.

Los establecimientos turísticos se verán obligados a trasladar estos costos adicionales a los consumidores, lo que se traduce en un encarecimiento de las tarifas de alojamiento. Esto puede afectar la competitividad de la industria en un mercado ya saturado y altamente competitivo, lo que podría disuadir a algunos turistas de visitar ciertos destinos.

Destinos como Marruecos, donde los últimos desarrollos en costa tienen previstos miles de nuevas habitaciones, pueden desplazar la demanda de los touroperadores de los destinos de costa e islas españolas, hacia estos destinos donde el coste laboral es infinitamente más reducido y donde no existen ni sindicatos, ni comités de empresa, y donde la desvinculación de empleados no tiene coste. Por lo que, si baja la demanda de los destinos, los empresarios reducirán sus ingresos y contendrán el coste de sus plantillas, y empezarán a realizar despidos masivos, penalizando el crecimiento del sector turístico español a todos los niveles.

Necesidad de contratar más personal
 

Para asegurar la atención al cliente y la disponibilidad de un servicio las 24 horas del día, los 365 días del año, es necesario contratar más personal en la industria turística. Anteriormente, con una jornada laboral de 40 horas, muchos establecimientos podían permitirse tener empleados en turnos de trabajo de 8 horas diarias, lo que les permitía cubrir las necesidades de sus clientes sin necesidad de contratar personal adicional.

La reducción de la jornada laboral impulsa la necesidad de implementar tres turnos de 8 horas, lo que, a su vez, aumenta la demanda de recursos humanos. Los empleadores deben encontrar soluciones para reclutar, entrenar y mantener a un mayor número de empleados. Esto no solo genera un incremento en los costos laborales, como se mencionó previamente, sino que también implica un desafío logístico en la gestión del personal.

En el mundo real no existe personal cualificado suficiente para poder cubrir la demanda de la mayoría de los negocios turísticos y de hostelería de los principales destinos turísticos españoles.

Camarera de piso | Foto: PortoBay Hotels & Resorts (CC BY ND 2.0)

Camarera de piso | Foto: PortoBay Hotels & Resorts (CC BY ND 2.0)

Impacto en la calidad del servicio
 

A pesar de los desafíos económicos y operativos que conlleva la reducción de la jornada laboral, es importante destacar que también puede tener un impacto positivo en la calidad del servicio en la industria turística. La disminución de las horas de trabajo puede contribuir a una mayor satisfacción y bienestar de los empleados, lo que, a su vez, puede influir positivamente en su desempeño y en la satisfacción de los clientes.

Los empleados con jornadas laborales más cortas pueden experimentar menos agotamiento y estrés, lo que puede traducirse en un servicio más amable y eficiente. A largo plazo, esto podría resultar en una mayor retención de clientes y en una mejor reputación para el establecimiento.

La realidad actual es otra, ya que si existiera suficiente personal para cubrir todas las posiciones ofertadas por la mayoría de los negocios turísticos españoles sonaría muy bien; pero desafortunadamente ese personal no existe; los equipos actuales tendrán que realizar más horas, percibirán salarios superiores, pero no mejoraran la calidad del servicio.

La reducción de las horas de trabajo en la industria turística, aunque plantea desafíos económicos y operativos, puede tener un impacto positivo en la calidad del servicio, pero a muy largo plazo.

Sin embargo, no se puede ignorar el aumento en los costos laborales, que puede llevar a un encarecimiento de las habitaciones en diversos tipos de alojamiento. La necesidad de contratar más personal para cubrir los turnos de trabajo también presenta un desafío logístico para los empleadores, y seguramente muchos pequeños negocios tendrán que cerrar y despedir a sus equipos por no poder asumir decisiones políticas que penalizarán negocios que tienen unas características especiales, y que están abiertos fuera de los horarios habituales de cualquier empresa de otros sectores productivos.

Es esencial que la industria turística encuentre un equilibrio entre proporcionar una experiencia de alta calidad para los turistas y mantener una rentabilidad sostenible. Esto requerirá una gestión eficiente de los recursos humanos y posiblemente una revisión de las estrategias de fijación de precios para adaptarse a la nueva realidad laboral.

En última instancia, la industria turística deberá abordar estos desafíos con creatividad y flexibilidad para garantizar un futuro exitoso en un entorno laboral en constante cambio.

El negocio de la felicidad es gestionado por personas, no por robots que fabrican piezas y tornillos.

 

*Jesús Menéndez López es CEO de Hotel Mystery Guest. Cuenta con MBA en Gerencia y Dirección hotelera por la Universidad Politécnica de Madrid y ha realizado estudios en UCC (University College Cork, Irlanda).