A 15 meses del comienzo de las restricciones a la actividad turística en el país, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aún no ha implementado ninguna medida de asistencia para el sector. En el presente artículo nos preguntamos ¿por qué debería esperarse una reacción de estas características por parte del Estado local?

Para responder a dicha pregunta, tal vez deberíamos empezar por otras que orienten la argumentación: ¿Cuál es el lugar que tiene la actividad turística en la economía de la capital del país? ¿Es importante su participación en la generación del producto bruto geográfico? ¿Es marginal?

En la actualidad son muy pocos los destinos del país que tienen un seguimiento detallado y preciso de las estadísticas vinculadas al turismo. Esta situación realmente dificulta responder las preguntas planteadas precedentemente. Sin embargo, no es el caso de la ciudad de Buenos Aires, la cual se destaca por su reconocido Observatorio Turístico de la Ciudad de Buenos Aires, dependiente del Ente de Turismo.



 

Inclusive, de manera reciente, ha puesto en marcha el “Sistema de Inteligencia Turística”, el cual se sirve de grandes volúmenes de datos que procesa, analiza y georreferencia a través de herramientas propias de la ciencia de datos. Es tal el nivel de sofisticación que maneja el Observatorio, que se ha constituido en uno de los ejemplos más citados en los Congresos sobre Ciudades y Destinos Turísticos Inteligentes de Latinoamérica y de otras partes del mundo.

El manejo de la información resulta fundamental para conocer el papel que la actividad turística juega en una economía, como así también para la planificación y gestión de la actividad.

Retomando las preguntas realizadas al comienzo de la nota, para empezar, Buenos Aires es sin dudas la ciudad con mayores recursos del país. Su producto bruto per cápita, según datos de 2019, es casi 3 veces superior al promedio nacional y puede compararse con el de países europeos como España y Portugal.

Refiriéndonos específicamente al turismo, en 2019, la ciudad de Buenos Aires recibió 2,93 millones de turistas extranjeros, lo que equivale al 40% del total que recibió el país y 6,9 millones de turistas nacionales, representando el 15% de los turistas internos (ENTUR BMinTurDep y EVyTH).
 

Plaza 2 de mayo, Buenos Aires Argentina

Plaza 2 de mayo, Buenos Aires Argentina

En cuanto al gasto turístico, el 58% del gasto de los turistas no residentes se realizó en la ciudad de Buenos Aires (ENTUR y ETI). Es decir, más de la mitad del dinero que los turistas extranjeros gastaron en la Argentina, lo hicieron en una sola ciudad, la capital del país, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Mientras que, el gasto de los turistas residentes representó el 12% del total del gasto nacional (ENTUR y EVyTH).

Esto implica que la Reina del Plata recibió entre residentes y no residentes casi 10 millones de turistas y Ar$ 119 mil millones (US$ 2,5 mil millones) de gasto turístico en todo el año 2019.

Las cifras son astronómicas, comparables con el ingreso que reciben países enteros, y dan cuenta del excelente momento en el que se encontraba la actividad turística antes de la pandemia, pero que debió frenar abruptamente por las restricciones para proteger la vida.

Es claro que detrás de estos números hay personas: empresarios, profesionales, trabajadores formales, precarizados e informales que hace 15 meses se ven impedidos, o con fuertes restricciones, para trabajar.

Lamentablemente la gestión de Gustavo Santos discontinuó muchos operativos estadísticos que se realizaban para relevar la actividad. Uno de ellos tenía que ver con el empleo turístico. Según el Anuario Estadístico de Turismo 2014, publicado en 2015, el empleo turístico del AMBA representó el 6,6% del total de los empleos de la región y el 42% de los empleos turísticos del país. Adicionalmente, el mismo relevamiento daba cuenta que el 35% del empleo del sector, en la misma región, era informal.
Por otro lado, en un artículo del portal de noticias del Gobierno de la ciudad del año 2016, el entonces Presidente del Ente de Turismo, Andy Freire, manifestó que el turismo genera “algo más del 10%” del empleo de la ciudad.

De esto se desprende que, una gran cantidad de personas han sufrido una merma, recortes e inclusive la pérdida de su principal fuente de ingreso. Según el artículo citado sobre Andy Freire, para el año 2015 se estimaban 190 mil trabajadores y trabajadoras. ¿Qué respuesta ha dado el Estado frente a ellos y ellas?

El Estado nacional puso en marcha programas ya conocidos por todo el sector (ATP, REPRO, APTur, PRE viaje, etc.), algunos Estados provinciales también dieron una respuesta con mayor o menor cobertura, pero respuesta al fin. La provincia de Buenos Aires, puso en marcha el Fondo Turismo y Cultura que ya tuvo 3 ediciones en los que se fueron actualizando los montos. La provincia de Córdoba implementó exenciones impositivas y facilidades para el pago de deudas con Bancor. La provincia de San Juan lanzó el programa “Proteger empleo”. La lista de distritos que han ayudado a sus comprovincianos y vecinos es larga. Sin embargo, en ella no se encuentra el distrito con mayores recursos y el más beneficiado por la actividad turística.
 

Buenos Aires, Argentina.

Buenos Aires, Argentina

Cabe preguntarse, ¿cuál es el sentido de tal nivel de sofisticación en la medición estadística del sector si eso no sirve para identificar las problemáticas y necesidades de las personas que trabajan en él? ¿Alguien en el Ente de Turismo de la ciudad se puso a pensar cómo estarán sobreviviendo los trabajadores y trabajadoras del turismo?

Recién a principios de mes, el gobierno de la ciudad publicó una resolución donde plantea la creación de un programa de asistencia al sector hotelero y gastronómico. A 15 meses del inicio de la pandemia, con muchas empresas que quedaron en el camino, el GCBA propone este programa, dejando afuera a muchos otros sectores de la actividad como los guías de turismo (a los que sólo asistió con 4 bolsones de comida), las agencia de viajes (el 50% de las agencias del país están radicadas en CABA), el transporte, entre otros. Sin embargo, aún no se sabe de montos ni de su forma de aplicación.

La pandemia puso en jaque múltiples cuestiones, entre ellas la teoría del derrame. ¿Qué pasa con las personas que se dedican al turismo cuando se corta el chorro del flujo turístico? ¿Para qué existe el Estado si no es para sostener a cada uno de los ciudadanos y ciudadanas que viven o trabajan dentro de su territorio? ¿Por qué el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no asiste al sector turístico?

 

*Artículo publicado originalmente en Medium por Julián Cherkasky Rappa, licenciado en Turismo (UNSAM) y actualmente cursando el máster en Políticas Públicas para el Desarrollo con Inclusión Social (FLACSO).