Fitur es el escenario ideal para la presentación de los resultados turísticos del año recién terminado. Eso es lo que hacen autoridades nacionales, regionales o locales, cadenas hoteleras y todo tipo de empresas o asociaciones presentes.
Así lo han hecho tanto el ministro del ramo como la asociación de las principales empresas del sector, Exceltur, esta última ha presentado su "Informe de perspectivas turísticas" que es, en mi opinión, uno de los mejores análisis periódicos sobre la situación, a pesar de su lógico sesgo patronal.
Otra vez más, las expectativas se han quedado cortas. Este sector ha demostrado, de nuevo, que su crecimiento es permanente y que lo único que se discute es el ritmo. Las caídas de un año o incluso de dos, como acaba de ser el caso, no son más que trampolines para acceder a cuotas superiores.
El éxito es llamativo y así lo han recogido los diferentes medios. Para resumir: la actividad turística habría superado los 186.000 millones de euros, alrededor de un 13% del PIB, mientras que el gasto que han realizado los turistas extranjeros, más de 84 millones de viajes, se movería en torno a los 108.000 millones. Récord histórico.
El Ministerio pone el acento en que es la primera vez que España supera a Francia en número de turistas extranjeros, colocándose en la primera posición de este ranking, cuando resulta que, desde hace años, España es la primera potencia europea en ingresos por turismo exterior y en pernoctaciones totales y la primera mundial en turismo vacacional. La ventaja es que, mientras dure esta situación, Francia no podrá usar esa cifra con fines propagandísticos.
Igual importancia tiene la mejora de los indicadores que constituyen el objetivo de la política turística de todos los gobiernos: desestacionalización, regionalización y gasto turístico.
El último trimestre, con Canarias a la cabeza, es el que ha tirado del carro del resultado final, el más equilibrado de la serie histórica; mientras que los destinos del norte de la península han crecido más que la media y el gasto medio por turista ha aumentado gracias a la llegada de más viajeros procedentes de América y a la mejora de la oferta alojativa.
En términos absolutos han sido, otra vez, los destinos tradicionales de sol y playa los que han tenido mejores resultados económicos. Ibiza, por ejemplo, ha logrado los ingresos por habitación más elevados de toda España. Las grandes empresas hoteleras han aprovechado su mayor capacidad de negociación para obtener mejores precios en los suministros y aumentar el porcentaje de reservas realizadas a través de sus propios sistemas, mejorando su rentabilidad por encima de la media.
Durante este año han mejorado los medios de transporte con una mayor competencia en el ferrocarril y ha mejorado la productividad, aumentando la competitividad del sistema.
El turismo ha sido claramente el motor del crecimiento —hasta un 70% del total en el 2023—. También ha sido el sector que más empleo y de mejor calidad ha generado.
Parece que se han cumplido los objetivos de la política turística; sin embargo, algunos recuerdan la máxima atribuida a Oscar Wilde de que “hay que tener cuidado con los que se desea, no sea que se haga realidad”.
Ya están sonando las llamadas de atención que proceden no solo de los ecologistas “aguafiestas” sino de la propia Exceltur, cuyo director del departamento de estudios ha señalado que hemos entrado en la etapa de la “gestión del éxito". Una clara advertencia a los partidarios del crecimiento continuado e indiscriminado que acusan de turismo fobia a los que se oponen.
El palabro ni se menciona en el informe. El vicepresidente de la asociación se plantea si este crecimiento a un ritmo tan potente es sostenible e incluso si es deseable. Lógicamente, en el informe, los empresarios hoteleros ponen en el punto de mira en el crecimiento de las viviendas de uso turístico —que aún no han recuperado el nivel prepandemia-especialmente en el centro de las principales ciudades, lo que genera un rechazo de la población local por la saturación, el mayor coste de la vivienda y la dificultad de los empleados para encontrar alojamiento. Y, en consecuencia, la de los empleados en encontrar personal cualificado. La excesiva dependencia de mano de obra extranjera no es conveniente. Piden una mejor regulación en consonancia con la que ha tenido lugar en lugares como Nueva York o París y Barcelona y la correspondiente inspección.
Tenemos que recordar que ya se están poniendo limitaciones a los flujos turísticos en diferentes lugares cuya capacidad de carga es limitada, como Dubrovnik o Santorini, en Ámsterdam y en Palma a los cruceros y en numerosos museos como El Louvre o los Uffizi.
Es de agradecer que estas advertencias provengan de los propios empresarios que entienden que es la mejor manera de defender sus intereses y de paso protegen también los del conjunto de la población.
El ministro, sin embargo, ha declarado que las cifras de llegadas pueden seguir aumentando porque todavía hay capacidad no utilizada en temporada baja y en la mayor parte del país que no recibe turismo masivo.
La actividad turística seguirá creciendo porque esa es la tendencia mundial, por la eficiencia del sistema y por la ventaja competitiva de España. De lo que se trata es de conseguir que otros sectores en los que también tenemos ventajas relativas, tomen el relevo para que la actividad económica nacional sea más equilibrada.
*Ignacio Vasallo es director de Relaciones Internacionales de la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET).