Lufthansa Group ha dado el visto bueno al plan de rescate renegociado por Bruselas y el Gobierno federal de Alemania debido a que las condiciones exigidas por la Comisión Europea (CE) "se han reducido en comparación con las indicaciones iniciales". Anteriormente, el miércoles 27 de mayo, había rechazado la propuesta previa.

Cabe destacar que este plan de rescate está dirigido exclusivamente a Lufthansa, no al resto de aerolíneas del grupo (Austrian Airlines, Brussels Airlines, Eurowings y SWISS), e implica la concesión de 9.000 millones de euros. El ejecutivo alemán, a cambio, se hará con un 20% de las acciones de la compañía y con un bono convertible con valor del 5% más una acción (esta le daría poder de decisión en la compañía en caso de decisiones ajustadas).

El punto que no terminaba de convencer al grupo de aerolíneas era el referido a la transferencia de slots (derechos de despegue y aterrizaje) en los aeropuertos de Frankfurt y Múnich. Perder esas franjas de operación, según la compañía, supondría su debilitamiento como eje de conexiones internacionales. 

Finalmente, Lufthansa Group ha aceptado ceder hasta 24 slots de ambos aeródromos, es decir tendrá que retirar cuatro aviones de sendos aeropuertos y sus respectivos slots: tres derechos de despegue y tres derechos de aterrizaje por aeronave y día. El grupo confirmó, en un comunicado, que esta opción estará vigente durante un año y medio, así como que estará disponible para los nuevos competidores. 

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En este sentido, aclaró que los slots se asignarán en un proceso de licitación y que solo podrán pujar por ellos las aerolíneas europeas que no hayan sido rescatadas "sustancialmente" por el Estado, como consecuencia de la crisis del COVID-19. Sin embargo, todavía está pendiente que la Junta de Supervisión de Lufthansa consienta este plan. Una vez lo haga, se espera convocar una Junta General Extraordinaria para que sean los accionistas quienes lo hagan. 

Inicialmente, Bruselas exigía la retirada de 20 aviones y la transferencia de tres slots por aeronave y día, lo que habría supuesto un total de 60 derechos de despegue y aterrizaje entre los dos aeropuertos. La intervención del Gobierno federal de Alemania ha hecho posible la flexibilización de este requisito.