La bancarrota y posterior venta de Air Berlin ha marcado de forma considerable a la industria aérea europea en 2017 y es que no pocas aerolíneas han intentando beneficiarse de la caída de la que fuera segunda mayor aerolínea de Alemania. Esta carrera por intentar llenar el hueco dejado por la compañía germana ha dado lugar a una auténtica guerra de precios.

Todos están intentando hacerse con las rutas y los clientes huérfanos y para ello están lanzando fuertes descuentos que están llevando al mercado germano de la aviación a una de sus mayores épocas de competitividad. Por ejemplo, desde el pasado 10 de enero y hasta el 31  de marzo Eurowings, filial del Grupo Lufthansa, ha anunciado un descuento del 25% en 30.000 vuelos

Las ‘low cost’ también ven una gran oportunidad en el vacío dejado por Air Berlin y en el gran incremento de demanda de vuelos a destinos vacacionales que se ha experimentado en los últimos años. Así, EasyJet ha incrementado su capacidad desde el aeropuerto de Berlin-Tegel con 23 nuevas rutas, conectando la capital germana con un total de 42 destinos. Y es que la compañía británica ha aumentado su presencia en el mercado alemán con la compra de los slots y de parte de la flota de Air Berlin. Ryanair también tiene sus propios planes de expansión. La compañía irlandesa quiere expandir las conexiones desde su base de Frankfurt para el próximo verano, cuando planea contar con un total de 34 conexiones entre las que destacan Atenas, Corfú, Barcelona, Tenerife y Agadir.

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También hay espacio para las aerolíneas vacacionales, como es el caso de Condor, propiedad del touroperador Thomas Cook, que ha aumentado su flota de 31 a 45 aviones para el verano gracias, en gran medida, a la compra de aviones de la malograda aerolínea berlinesa. A ella se podría sumar otro de los cabos sueltos de la quiebra de Air Berlin, y es que Niki Lauda está dispuesto a retomar rápidamente las operaciones de la austriaca Niki, que cuenta con una flota de 15 jets.

Su rival Tuifly también tiene sus propios planes: la compra de 70 Boeing 737-Max (con posibilidad de alcanzar los 90) para reforzar la división de aerolíneas del grupo encabezado por Fritz Joussen anuncia que en futuros veranos será un rival a tener cuenta.

Otro de los grandes conglomerados europeos, IAG, también quiere expandir su influencia en Europa Central. Tras su apuesta fallida por hacerse con activos de Niki, la empresa angloespañola se ha propuesto crear una base en Viena (Austria) para competir mediante Vueling.

Vistos todos los movimientos, lo que queda claro es que la próxima temporada estival va a resultar muy interesante para los turistas alemanes que tienen una gran oportunidad de encontrar una gran oferta de vuelos con precios muy competitivos. Por el momento, los miedos de un monopolio que enfriase la euforia aérea ha quedado descartado.