El próximo lunes 12 de abril, una expedición de Turisme de Barcelona viajará a Rusia en la que será la primera misión de promoción presencial tras el comienzo de la pandemia. La directora general de la oficina de promoción turística de la Ciudad Condal, Marian Muro, y el director de Promoción del Consorcio, Mateo Asensio, se dirigirán a Moscú y San Petersburgo con el objetivo de captar al turista ruso Premium y MICE.

La agenda programada dará comienzo el lunes en la capital, Moscú, con la celebración de una mesa redonda en la que se realizará una presentación de la Ciudad Condal a agentes Premium moscovitas. El miércoles tendrá lugar un desayuno rueda de prensa en el Hotel StandArt.

Durante la jornada del jueves 15, Muro y Asensio se trasladarán a San Petersburgo donde continuarán con las visitas a agentes y CEO de empresas del sector turístico. La delegación barcelonesa también realizará una presentación del destino al organismo de turismo oficial de San Petersburgo.
 


Igualmente, están previstas reuniones con agentes especializados en eventos y convenciones de grandes empresas corporativas para poder impulsar Barcelona como destino MICE (de reuniones) para empresarios y organismos rusos.

El Consorcio de Turisme de Barcelona es la entidad oficial de promoción y dinamización de la oferta turística, cultural y comercial de Barcelona y su entorno, creada en 1993 por el Ayuntamiento de Barcelona, la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona, y la Fundación para la Promoción de Barcelona.

Perfil del turista ruso

Desde la entidad explican que el interés de la ciudad de Barcelona por atraer al turista ruso se debe a que el perfil de este visitante se caracteriza por tener una alta capacidad de gasto, que podría aumentar en los próximos meses debido al previsible incremento de la renta per cápita en el país soviético.

Recalcan, además, que el visitante ruso suele ser respetuoso con la sostenibilidad del destino, amante de la música y el teatro, interesado por el arte, la cultura y el patrimonio arquitectónico, dejando en Cataluña más de 1.300 millones de euros. El turista ruso también destaca por viajar fuera de los periodos de mayor afluencia, contribuyendo a la desestacionalización.