El pasado sábado 6 de noviembre, el Aeropuerto de Gran Canaria vivió una jornada caótica con miles de pasajeros descontentos por las aglomeraciones que se produjeron en las instalaciones. Entre la cadena de errores que dieron como resultado imágenes de largas colas y de hastío, se encuentra la saturación del servicio de taxis que opera en la terminal.

Francisco Mendoza, presidente de la Asociación Proderechos del Taxista Autónomo de Canarias (Asprotac), explica que se trata de “una imagen que, lamentablemente, se ve con mucha frecuencia”. Especifica que las largas hileras se producen tanto para tomar un taxi como para los autobuses regulares. “Ese trato no se le puede dar no solo al turista, sino a cualquier persona que se baja del avión y que lleva muchas horas de viaje. No se merecen este maltrato, hay otras formas de organizarse, pero no dando esa imagen”, ahonda.

Francisco Mendoza, presidente de ASPROTAC

Francisco Mendoza, presidente de ASPROTAC

 


“Ese trato no se le puede dar no solo al turista, sino a cualquier persona que se baja del avión y que lleva muchas horas de viaje"

Explica que los taxis de Telde e Ingenio —aquellos que tienen permiso para recoger libremente a los pasajeros que llegan al Aeropuerto de Gran Canaria—no tienen capacidad para hacer frente a la oleada de turistas y que los taxistas del resto de municipios están muy limitados porque solo pueden realizar cinco transfers al mes. El transfer es un permiso especial que permite a taxistas de otros municipios recoger de viajeros en áreas sensibles que son el Aeropuerto (Telde e Ingenio), el Puerto de la Luz (Las Palmas de Gran Canaria) y el Puerto de las Nieves (Agaete). Únicamente se puede operar este tipo de servicio cuando el cliente lo contrata previamente y se dirige al municipio donde tiene la licencia el taxista.
 



Mendoza especifica que antes de la pandemia no había límite en cuanto al número de transfer mensual y que, ahora, esta limitación está generando estos problemas. Aclara que Asprotac ha presentado contenciosos contra esta limitación impuesta por la Consejería del Cabildo de Gran Canaria —organismo competente en la materia—. “Si en 2019 no había esta limitación, ¿por qué ahora?”, se pregunta y advierte de que el caos se va a volver a producir. “No es puntual. Den por hecho que las imágenes se van a repetir”, sentencia.