“El turismo es un sector que está muy asociado al agua”, asegura José Juan González Salmah, CEO de Canaragua, en una entrevista en exclusiva para Tourinews. Canaragua es una empresa canaria del sector del medioambiente que gestiona todos los procesos relacionados con el ciclo integral del agua en las Islas. Actualmente, Canarias es uno de los principales destinos turísticos de España, pero, cuando Canaragua nació en 1990, la realidad del agua y el turismo en las Islas “era muy distinta”.

En ese sentido, González explica que la implantación de las desaladoras en el Archipiélago fue lo que permitió el desarrollo de la actividad turística tal y como lo conocemos hoy en día. Esta inherente relación entre el agua y el turismo hace que la compañía esté presente “prácticamente en toda la cadena de valor turística” y que, además, no solo colaboren con el sector en proyectos de negocio, sino que también asuman la responsabilidad de sensibilizar sobre la importancia de todos los recursos.

Pregunta (P): ¿Qué es Canaragua?

Respuesta (R): Canaragua es el principal operador de agua y medioambiente de las Islas Canarias. Nosotros pertenecemos al grupo Agbar, es nuestro accionista mayoritario, que, a su vez, pertenece al Grupo Veolia. En lo que se refiere al turismo, también somos el primer operador del mercado turístico porque gestionamos los principales destinos de las Islas. En Gran Canaria, gestionamos San Bartolomé de Tirajana y una parte de Mogán, por ejemplo; en Tenerife, el municipio de Arona; y, en Fuerteventura, La Oliva, Pájara, Antigua… Creo que tenemos una visión bastante global de lo que es el turismo en las islas.

Mapa de presencia de Canaragua

Presencia de Canaragua en Las Islas Canarias

 

P: ¿Cómo se vive el Día Mundial del Agua desde una empresa como Canaragua?

R: Se vive con mucha alegría porque es el día que nos recuerda a nosotros y, sobre todo, al resto de la sociedad lo importante que somos y la gran contribución que hacemos. Nosotros lo sabemos porque lo hacemos todos los días, pero siempre es bueno que un día te lo reconozcan, como el de tu cumpleaños. Con lo cual, siempre lo recibes con enorme alegría. Además, también lo recibes con una enorme responsabilidad porque, aunque es verdad que todos los que trabajamos en el sector tenemos la obligación de sensibilizar de la importancia de un recurso como el agua todos los días del año, el que la ONU fije un día para recordar la relevancia de este líquido esencial, conlleva ese plus de responsabilidad en este día. Así que nos multiplicamos para reafirmar que las medidas hídricas y de saneamiento son clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.

P: ¿Qué abarca el medioambiente en Canaragua?

R: Originariamente, Canaragua surge para dar respuesta al tema del agua en Canarias. Cuando nosotros surgimos, en 1990, la realidad de las Islas en cuanto al agua y al turismo era muy distinta. Y hablo también del turismo porque es un sector que está muy asociado al agua, es un binomio: sin agua no podríamos atraer a 16 millones de turistas a las Islas y, por tanto, sin agua no hay turismo. Entonces, nació para afrontar todos los desafíos que existían en el territorio, pero una de las cosas de las que nos fuimos dando cuenta, sobre todo en lo relativo a los destinos turísticos, es que cada vez se exige un modelo de gestión mucho más responsable respecto a todos los recursos y no solo respecto al agua. De esta manera, empezamos a incorporar en nuestro porfolio servicios complementarios que permitieran al destino cumplir con sus compromisos en materia medioambiental. Por ello, tenemos algo que aportar en prácticamente toda la cadena de valor del destino turístico.
 

Juan José González Salmah

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"Si no hubiese habido desalación, hoy probablemente no hubiésemos tenido destinos turísticos"


P: La gente entiende el medioambiente como sinónimo de respeto al entorno y sostenibilidad. ¿Tiene que ver con eso?

R: Sí, Canaragua entiende por medioambiente absolutamente todo. Nosotros colaboramos desde el principio con las empresas hoteleras, desde la definición del activo y el diseño del establecimiento hasta el momento de identificar las fuentes de suministro –no solo de agua, sino también de energía– que sean más eficientes para ellos. Por ejemplo, hemos cerrado un acuerdo con Servatur para ayudarles en todo lo relativo a las placas fotovoltaicas. También hay otras cadenas hoteleras que incluso nos piden ayuda para comprar la energía, gracias a nuestra experiencia y a las garantías que ofrecemos con el certificado de energía verde. Canaragua fue el primer operador de Canarias que tomó la decisión de comprar energía 100% verde, a pesar de que tenía un coste de transición más alto, pero asumimos esa responsabilidad porque para poder liderar primero hay que dar ejemplo. También les ayudamos en todo lo que tiene que ver con reducir el impacto de los residuos, es decir, plantearle  soluciones de economía circular porque con algunos de los residuos junto con lodos en una depuradora  se puede generar biogás. Y, por último, otra de las funciones más importantes que desempeñamos es la de sensibilización. Es decir, nosotros asumimos que la responsabilidad que tenemos en toda esa cadena de valor es ayudar a sensibilizar sobre la importancia de todos los recursos, incluido el agua. En ese sentido, apoyamos al hotel para que de prioridad a los productos de alimentación de kilómetro cero, es decir, de proximidad. 
Y para ello colaboramos con el agricultor para los productos que suministre hayan sido regados desde un punto de vista de  eficiencia hídrica; ayudamos a la industria complementaria para que tenga parques temáticos lo más eficientes posibles… Es decir, tratamos de ayudar en absolutamente todo.

P: ¿Cómo ha cambiado la gestión del agua en Canarias desde 1990 hasta ahora?

R: ¿Te acuerdas cuando tu abuelo te decía “cierra el grifo, que te quedas sin agua”? Pues lo que ha cambiado es que, actualmente, ya no tenemos que dar esas advertencias. Además, en aquel momento o incluso antes, en 1970, en Lanzarote y en Fuerteventura no había agua, sino un barco que la llevaba desde Gran Canaria. Pero afortunadamente Canarias fue el primer territorio de Europa donde se implantó una desaladora, por ejemplo una en Lanzarote en el año 1966, para el hotel Fariones, pero dos años antes se había instalado la primera desaladora de Europa en Arrecife; era una instalación de segunda mano importada de la base militar estadounidense en Guantánamo, y a partir de ahí fuimos incorporando la desalación a las islas. De hecho, si no hubiese habido desalación, hoy probablemente no hubiésemos tenido destinos turísticos porque, si no tenemos garantizado el suministro del agua para la propia población, cómo se iban a permitir el lujo de tener agua para terceros, para el turismo. Por lo tanto, ha cambiado en todo. También ha cambiado la forma de obtener agua. Nuestros mayores siempre nos hablaban de los pozos y las galerías y, hoy en día, esas instalaciones tienen importancia, pero mucho menor que la que puede tener la desalación. Además, en aquel momento nadie hablaba de reutilización. El agua iba del grifo al alcantarillado, después a la depuradora y, por último, la tratabas e iba al mar. Hoy tiramos cada vez menos agua al mar porque le damos otros usos. Por ejemplo, nosotros regamos todos los campos de golf de Gran Canaria –salvo el de Bandama, que no lo gestionamos nosotros–con agua reutilizada.



P: Está hablando de las galerías y los pozos, pero las Islas también tienen acuíferos. ¿Qué ha ocurrido con ellos? ¿Ya no son suficiente para abastecer a toda la población?

R: Han pasado dos cosas. La primera es que las aguas subterráneas se han sobreexplotado porque, en aquel momento, no había fuentes alternativas y hemos tenido que tirar de nuestros recursos subterráneos para desarrollarnos como sociedad. De hecho, Canarias es el único sitio de toda España donde existe una ley de aguas propia y un régimen jurídico distinto. Originalmente, las aguas se privatizaron porque, con el objetivo de aprovechar los recursos subterráneos, los conquistadores le dieron la oportunidad a la clase dirigente de explotar el subsuelo para impulsar el desarrollo social y económico. En segundo lugar, y para contestar a tu pregunta, sí, tenemos más población y eso afecta. También llueve menos y, al reducirse la pluviometría, se va recuperando mucho menos el acuífero. Y, en tercer lugar, hemos sobreexplotado estos recursos y, por tanto, los pozos cada vez tienen menos agua y de menor calidad. Afortunadamente, se han buscado soluciones como la desalación que ha hecho que se regule mucho mejor esa explotación de los pozos, de forma que tengamos ese mix.

 

*Este artículo forma parte de una entrevista dividida en varios fragmentos.