Después de la caída del Muro de Berlín, hace ya 28 años, no sólo cambió el mapa geopolítico de Alemania, sino que se sumaron 16 millones de alemanes a la sociedad de consumo de occidente. Entre las grandes aficiones y hábitos de sus hermanos del oeste se encontraba el turismo, viajar a descubrir el mundo o buscar destinos cálidos en invierno. Y no tardaron los recién llegados en amar las posibilidades que les ofrecía su nuevo pasaporte, al contar de la noche a la mañana con una industria turística consolidada, que les permitiría viajar a cualquier lugar desde la nueva Alemania.

Aquel 9 de noviembre de 1989 la ciudad berlinesa se convirtió en la capital del cambio. La pared cedió y el flujo de turistas aumentó hacia y desde el exterior. La Alemania occidental contaba ya con cerca de 63 millones de turistas fieles a los destinos turísticos españoles a los que se unieron aproximadamente 16 millones del este del país, ávidos por conocer la otra cara del turismo. Antes de 1989, esas mismas personas que ahora podían disfrutar de cualquier paisaje del planeta, sólo tenían permiso para visitar “países hermanos” como Polonia, Bulgaria, Checoslovaquia o Hungría.

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Así, poco tiempo después de la caída de la pared de hormigón que separaba las dos Alemanias, y una vez anuladas las restricciones para salir al extranjero, fue la isla de Mallorca el primer destino donde viajaron los ciudadanos de la República Democrática Alemana. Alrededor de 10.000 personas fueron invitadas por el Govern a viajar gratis a la isla. Las agencias que coordinaron los viajes fueron TUI y Neckermann.

Ese fue el pistoletazo de salida de lo que vendría después. A partir de los años 90, el turismo receptor siguió una tendencia de crecimiento continuado en España, registrando entre 1998-1999 una tasa de aumento del 9,2%, con un total de 51,7 millones de entradas. Entre los países europeos, Alemania encabezaba la lista de viajeros (más de 4 millones).

mapa turistas

Fuente: El Pais

Esta tendencia se ha mantenido siempre al alza, encabezando España, en 2017, la lista de lugares elegidos por los alemanes para su descanso. La playa, el sol, la seguridad, la gastronomía, las ofertas histórico-culturales,  además de los problemas geopolíticos en los destinos competidores del Mediterráneo, son razones de peso para que, hasta julio de 2017, los germanos capitalizaran el incremento en llegadas. Casi 6,9 millones de turistas procedentes de Alemania eligieron la geografía española para pasar sus vacaciones.

Queda comprobado que el derribo del Muro de Berlín, en su momento y lo que algunos llaman actualmente “el fin de la hegemonía británica” (otro de los principales mercados emisores para España), como consecuencia del Brexit y la caída de la libra, son factores que están y seguirán contribuyendo a reafirmar la presencia del turismo alemán en territorio español. Esos que ayer derribaron una pared que servía de frontera, son los mismos que pueden convertirse en un futuro cercano en “sucesor natural” del turismo de Reino Unido.