La ciudad de Madrid apuesta por la restauración de su patrimonio aprovechando a los propios grafiteros. El Ayuntamiento permite a las personas que hayan sido sancionadas por este tipo de actos vandálicos que sustituyan la multa por la ejecución de labores de limpieza.

La primera ejecución de sustitución de multas mediante la eliminación de pintadas, coincidente con los primeros meses de aplicación del protocolo (de diciembre a febrero), sea realizado con 33 personas. El número de horas trabajadas va en función de la sanción recibida. En el caso de los primeros participantes, ha oscilado entre las 14 horas de labores de limpieza realizadas por una persona que fue sancionada con 400 euros hasta las 60 horas que han dedicado al servicio sustitutorio los multados con 3.000 euros. En total, realizaron 1.228 horas de trabajos, lo que permitió conmutar los 64.100 euros que suman sus 33 expedientes sancionadores.

Cabe destacar que, hasta ahora, los sancionados por pintar grafitis que optaban por realizar una prestación en beneficio de la comunidad como vía alternativa al pago de la multa realizaban una actividad de limpieza genérica del espacio público y no vinculada directamente con la eliminación de las pintadas.

Mayoritariamente jóvenes y uno de cada tres, con estudios universitarios
 

Respecto al perfil de los participantes en este protocolo, destaca que el 76 % son hombres frente a un 24% de mujeres y se trata fundamentalmente de personas jóvenes: un 61% tiene entre 18 y 29 años y un 15% son menores de edad, mientras que un 12% tiene entre 30 y 39 años y otro 12% entre 40 y 64 años. Su perfil formativo es muy variado, con un 18 % de participantes con estudios universitarios y un 15% con estudios de postgrado, lo que quiere decir que cerca del 33% de los participantes tiene enseñanza universitaria. En línea con lo marcado en el análisis por edades, el 22% de las personas participantes está cursando Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y el 15%, Bachillerato. De los 33 primeros participantes, 31 son de nacionalidad española, uno es rumano y otro, venezolano. Todos, excepto uno, residen en la ciudad de Madrid.