Los socorristas del sur de la isla de Gran Canaria denuncian la “situación inaguantable” que están viviendo debido a los “sueldos precarios” y las malas condiciones de los puestos para realizar las asistencias sanitarias en las playas “cayéndose a cachos, oxidados y nada saludables”.

La explosión de descontento por parte de los profesionales que velan por la seguridad de turistas y residentes en algunos de los arenales más populares como Playa del Inglés o Meloneras llega en un año, el 2023, en el que Canarias es la tercera comunidad autónoma con más fallecimientos por ahogamiento (44 hasta noviembre), empatada con Comunidad Valenciana y solo por detrás de Cataluña y Andalucía, según los datos de la a Real Federación Española de Salvamento.

Desde la sección sindical de CGT de la comarca sur de la isla de Gran Canaria explican a Tourinews que la situación de los socorristas, que trabajan para Cruz Roja, “es pésima”, ya que llevan seis años con la licitación vencida. Lamentan que, en lugar de regirse por el convenio de playas, les ampara el de instalaciones deportivas y gimnasios. “Es un convenio que no nos representa, no hay plus de peligrosidad, no acoge todas las realidades y peligros que tenemos en playas, que realmente son muy diferentes a piscinas”, indican. Aunque creen que esta situación puede mejorar antes del verano. “Estamos por ver si hay una subida salarial tanto a nivel de licitación como a nivel interno de Cruz Roja”, inciden.

Una lucha por mejor salario y un reconocimiento social de la profesión


Mientras llega el nuevo convenio que esperan que mejore sus condiciones, destacan que se encuentran en una situación bastante precaria trabajando en ocasiones bajo mínimos porque no se contrata la cantidad de socorristas necesaria o no se cubren las bajas. También lamentan que los puestos y las torretas “están oxidados, están rotos y no son seguros para los trabajadores y los usuarios”.

“Nuestra lucha ahora es conseguir unas condiciones salariales dignas, un reconocimiento de la profesión…”, subrayan, aseverando que compañeros de Costa Rica, Hawái (EE.UU.) o Australia son tratados al mismo nivel que los bomberos. “El reconocimiento que tienen por parte de la sociedad y las instituciones es brutal y aquí somos lo último”, apostillan.

Insisten en que se les tiene que reconocer y valorar, porque si no, son muchos los que abandonarán la profesión. “Es desesperante, aguantamos aquí los que tenemos vocación y amamos esta profesión. Pero la gente se está yendo. Están contratando a gente muy joven que trabajan de esto porque han hecho un curso y es lo que ha salido, con lo cual la profesionalidad en playa disminuye”, recalcan. “Hasta que no se suban los salarios y se dignifique la profesión de socorrismo en playa no se va a conseguir gente, porque sale más rentable trabajar en un hotel”, añaden.

“Canarias debería ser el referente europeo de socorrismo”
 

Desde la sección sindical de CGT reivindican que “Canarias debería ser el referente europeo de socorrismo”, algo que sería de interés tanto para los políticos como para las entidades turísticas en su opinión. “Somos los únicos de Europa con 365 días al año de sol y buen tiempo y deberíamos ser un referente”, esgrimen.

Sin embargo, lamentan que la realidad es muy diferente, con 74 muertos en 2022.  “Los ahogamientos son la primera causa de muerte no natural en Canarias, después de los accidentes de coche. Es muy triste”, señalan y afean que los planes de seguridad y salvamento propuestos anteriormente han sido rechazados porque los ayuntamientos esgrimían que no podían costear tantos dispositivos y recursos humanos. “Es un error, porque en las playas canarias muere mucha, sobre todo, turistas alemanes. Mucha gente de Europa que está acostumbrada al Mediterráneo y que cuando llega aquí no entiende lo que es una corriente, no entiende el oleaje y fallece”, explican.

“Los ayuntamientos quieren bajos costos y calidad en playa y esas dos cosas no son compatibles. Hay que tener en cuenta que en el sur de la isla de Gran Canaria entra mucho dinero y no se invierte. Ellos quieren hacer dinero con el turismo, pero no quieren invertir en una seguridad tanto para la gente local como para el turista. No se puede, hay que acabar con tanto fallecimiento, sobre todo, de turistas”, concluyen.