Venecia hace sonar todas las alarmas. Tanto los habitantes de la ciudad que se han manifestado contra la “invasión” de turistas como la Unesco han dado aviso al Ayuntamiento para que trate de solventar los problemas derivados de la masificación turística que se da en el centro histórico, que es visitado cada año por 28 millones de turistas, el doble de los que realmente la urbe está en condiciones de acoger.

Es por ello que la Junta municipal ha aprobado recientemente una iniciativa para regular el acceso a algunas de las zonas más emblemáticas, como es el caso de la Plaza de San Marcos. “A partir de 2018 tendrá que realizarse una reserva previa para acceder a San Marcos, a sus museos y a la basílica; además, en un futuro próximo podría ser introducido un pago para desembarcar en las islas de Murano y Burano, como ya ocurre en otras islas turísticas, como Pantelaria (Sicilia) y Capri donde la tasa de entrada es de 2,5 euros”, ha revelado el periódico “Corriere del Veneto”.

Aunque aún se desconoce cómo se llevará a la práctica esta propuesta, la zona podría cerrarse de manera temporal, programarse un horario de entrada diaria o reservarse para fiestas, fines de semana y los meses de verano, para así tratar de reducir los impactos que estos “invasores” están ocasionando en el bien patrimonial.