Más de 3.000 delfines han aparecido muertos en la costa de Perú, desde febrero a abril de 2019. Los expertos han señalado, como responsable de esta situación insólita, al uso de sonares en unas prospecciones petrolíferas acometidas en aguas cercanas.  

Según ha informado Green World Warriors, los pescadores locales de Lambayeque, región ubicada al norte de Perú, fueron los primeros en detectar el creciente número de delfines muertos en las costas: alrededor de 30 cetáceos al día. A este respecto, el biólogo Carlos Yaipen, miembro de la Organización Científica para la Conservación de los Animales Acuáticos, responsabilizó de estas muertes masivas a la actividad de las compañías petroleras en las aguas cercanas.

En concreto, Yaipen reparó en el uso de sensores acústicos por parte de estas empresas, para la detección de petróleo bajo el lecho marino, que pueden ocasionar la muerte de los cetáceos por impacto acústico. Y es que, las transmisiones del sonar asustan a los cetáceos, que huyen a gran velocidad sumergiéndose hacia las profundidades. 

Esta reacción les puede ocasionar una embolia gaseosa, debido a la disminución brusca de la presión atmosférica. Esto provoca la formación de burbujas microscópicas de nitrógeno en el torrente sanguíneo y órganos vitales, lo que ocasiona parálisis transitoria en determinadas partes del cuerpo, lesiones irreparables o la muerte. Así lo avalan los estudios realizados por la Sociedad Zoológica de Londres en 2003.  

El pasado abril, a su vez, aparecieron quince delfines muertos en el mar Egeo. Tal y como reseña La Vanguardia, diferentes organizaciones no gubernamentales señalaron como culpables al uso de sonares antisubmarinos y a las prácticas militares que estaban siendo efectuadas por la marina turca.