Vuelven las polémicas sobre el Tren Maya, el megaproyecto ferroviario impulsado por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en la península de Yucatán (México). En esta ocasión, se trata del ‘toque de atención’ de un ente internacional de suma importancia, como es la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Y es que la ONU ha advertido al Gobierno de México de la necesidad de haber tenido los permisos ambientales necesarios antes de iniciar los trabajos de construcción del Tren Maya. No obstante, la realidad es otra: las obras avanzan a toda máquina y el empeño de López Obrador es que se inaugure en diciembre de 2023, sin embargo, su Manifestación de Impacto Ambiental aún no ha sido aprobada.

Según recoge el diario The Independent, el presidente mexicano ha asegurado en varias ocasiones que las empresas deben cumplir los plazos. “Nada de que te vamos a andar supervisando día y noche y pidiéndote comprobantes”, ha afirmado López Obrador.



 

De hecho, el pasado mes de diciembre, el Gobierno de México aprobaba un decreto mediante el que se agilizaban los trámites burocráticos relacionados con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), la construcción del Tramo 4 del Tren Maya (Izamal – Cancún) comenzó en junio de 2020. No obstante, su Manifestación de Impacto Ambiental no fue registrada hasta octubre de 2021 y aún no ha sido aprobada. Para las obras de dicho tramo ya se ha preparado una franja de 40 metros de ancho y al menos 80 kilómetros, talando los árboles y la vegetación.