El director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) de México, Rogelio Jiménez Pons, ha reconocido que el gran proyecto del Tren Maya acumula un total de cinco meses de retrasos. Las demoras están motivadas, principalmente, por los trámites burocráticos con los que hay que cumplir, así como por una serie de “desafíos geológicos”.

Según ha explicado el dirigente, hay tramos de las obras en los que existen desniveles de entre 3 y 6 metros entre el terraplén y antiguas vías ferroviarias, a consecuencia del cambio climático.

En cuanto a los trámites burocráticos, Jiménez se refiere especialmente a los relacionados con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu). Concretamente, todavía quedan pendientes la liberalización de vías en los tramos 1 y 2. En este sentido, Adrián Montemayor, gerente de prensa de Fonatur, confía en que los organismos responsables de las autorizaciones en materia medioambiental den luz verde a principios de 2022 y, con ello, se inicie la fase II de las obras, con el tendido de traviesas y rieles.
 


 

Cabe recordar que el Tren Maya es un megaproyecto del Gobierno federal de México enmarcado dentro de la expansión de la red nacional ferroviaria, y que conlleva una inversión de más de 200.000 millones de pesos (unos 9.300 millones de dólares). El objetivo es conectar mediante un tren cinco estados mexicanos: Campeche, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.