El delfín rosado es una especie en peligro de extinción por acción directa del ser humano y es que, como reflejó Tourinews, estos animales son sometidos a la caza indiscriminada por parte de pescadores que los matan para usar su carne y grasa como cebo para el piracatinga, un tipo de pescado muy demandado comercialmente. Pero, además, estos cetáceos vitales para el ecosistema del Amazonas, están amenazados por la construcción de presas y, sobre todo, por la contaminación de los ríos en los que habitan: el Amazonas, el Orinoco y la parte alta del Río Madeira (Sudamérica).

La última amenaza conocida, según recoge El Universo, es la contaminación por mercurio, metal utilizado para las actividades mineras de la región.

Un informe realizado por diferentes instituciones, entre las que se encuentran Faunagua, Fundación Omacha, Instituto Mamirauá, Prodelphinus y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), concluye que todas las muestras recolectadas de 49 delfines de río entre 2017 y 2019 presentaron algún nivel de contaminación por mercurio y “al menos la mitad de ellos un nivel alto".

El estudio, realizado en seis cuencas de Brasil, Bolivia, Colombia y Perú, concluye que “la minería ilegal y el mercurio amenazan la vida en la Amazonía y en la Orinoquía”. Señalan que la cuenca del Orinoco, cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela, concentra el grado más preocupante de contaminación.

No obstante, Marcelo Oliveira, especialista en conservación de la WWF-Brasil, recalca que la minería no es el único factor que influye: "El mercurio existe de forma natural en la Amazonía, pero sale de su forma natural por incendios, deforestación y agradación de los ríos. Así es llevado al agua y entra en la cadena a través de los peces, consumidos por los delfines y las personas”.

Incide en que el mayor problema es que “el mercurio se mantiene hasta por 100 años en la cadena”.

En noviembre de 2018, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) la incluyó a los delfines rosados (Inia geoffrensis) en su ‘Lista Roja’. Esta entidad destaca que la población disminuye a pasos agigantados y en menos de 50 años podría desaparecer.