Una pareja británica ha hecho público su desconcierto, tras haber cogido un vuelo con Ryanair hacia Copenhague (Dinamarca) y haber acabado en Francia.

Según informa Daily Record, Simon Foster y su pareja Emma acudieron el pasado 17 de diciembre al aeropuerto de Manchester y se encontraron un caos total en la terminal, con una multitud de viajeros agolpados en la misma.

Tras conseguir pasar el control de seguridad, la pareja se dirigió a la puerta de embarque, donde el personal de la aerolínea irlandesa revisó sus tarjetas de embarque y pasaportes.
 


Después de acceder por la puerta correspondiente, Simon y Emma se dirigieron al único avión que había en la pista. Una vez en el interior de la aeronave, la tripulación de cabina les pidió que tomaran asiento y les comunicó que “no se preocuparan”, tras revisar de nuevo sus documentos de embarque.

Finalmente, los británicos se quedaron atónitos cuando, tras aterrizar, comprobaron que habían volado a la ciudad francesa de Beauvais, a 1.200 km de distancia de su destino original, en Dinamarca.