Un avión de Ryanair, que iba lleno y estaba a punto de despegar en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat para volar a Ibiza, tuvo que ser desalojado en la tarde de ayer, ya que la batería externa de un teléfono móvil prendió y ocasionó un incendio. Por suerte, ningún pasajero ni miembro de la tripulación resultó herido.  

Según ha informado TV3, el pasajero Jordi Vilagut declaró que justo cuando se anunció la puesta en modo avión de los dispositivos móviles, “comenzó a salir humo de un aparato” de un turista neozelandés, que luego prendió en llamas. Los viajeros se alarmaron y alertaron a la tripulación, que rápidamente habilitó el tobogán de evacuación y abrió las puertas de la aeronave. De hecho, algunos usuarios sufrieron quemaduras leves por el roce con este tobogán.

Asimismo, Vilagut consideró que la actitud de la tripulación en lugar de calmar a los pasajeros los “excitó”, ya que a su juicio “quisieron que todo el mundo saliera corriendo” y “es mejor hacer una evacuación ordenada”.

Sin embargo, la low-cost aclaró en un comunicado que publicó en Twitter que “todos los pasajeros fueron evacuados de la aeronave de manera segura”. También, que está trabajando "para organizar un avión de repuesto” y así reacomodar a los afectados “en el menor tiempo posible”.

Este no sería el primer incendio que provoca la batería externa de un teléfono móvil en un avión, ya que el pasado febrero una aeronave de China Southern ardió en llamas antes de despegar del aeropuerto de Guanghzou.