El crucero Caribbean Princess se vio obligado a regresar a su puerto base en Fort Lauderdale (Florida, EE.UU.) después de que se haya producido un brote de norovirus a bordo que ha afectado a 228 pasajeros y 17 tripulantes.

Según informa Miami Herald, el crucero operado por Princess Cruises, filial de Carnival Corp, recaló el sábado 29 de febrero en el puerto Everglades, un día antes. Anteriormente, concretamente el jueves, el barco se saltó la escala prevista en Aruba en su recorrido de 14 días por el Caribe. A bordo se habían tomado medidas preventivas para evitar la propagación de este virus gastrointestinal que se caracteriza por náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Así, por ejemplo, los pasajeros no tenían permitido servirse la comida del buffet y debían esperar a que el personal llevase los platos a su mesa.

Una vez en el puerto, un equipo de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) se está encargando tanto de la investigación para detectar el origen del brote como de la limpieza y desinfección del buque con capacidad para 3.142 pasajeros.

Segundo caso consecutivo

Lo cierto es que este es la segunda vez en menos de un mes en el que surgen problemas por esta infección gastrointestinal a bordo del citado crucero. El pasado 13 de febrero, el Caribbean Princess regresó también con antelación de su viaje después de que 345 cruceristas y 26 tripulantes presentasen problemas gastrointestinales. En esa ocasión, tanto Barbados como Trinidad y Tobago le denegaron la escala debido a la infección.

De hecho, según la información de los CDC son los dos únicos brotes de norovirus con salida o llegada en EE.UU. detectados en lo que va de año.

En 2019, en EE.UU. se registraron problemas similares en 10 cruceros, mientras que en 2018, la cifra fue de 11.

Un virus estrechamente ligado a los cruceros

La industria de cruceros tiene una amplia experiencia con el norovirus, ya que el espacio reducido de los barcos favorece su ya de por sí alta contagiosidad. Existen protocolos establecidos para el aislamiento, la limpieza y la notificación a las autoridades competentes. Asimismo, también cuentan con protocolos de desinfección de los barcos para su posterior uso. 

No obstante, estos dos brotes llegan en un momento en que la atención mediática está enfocada en la propagación del Covid-19, que también ha tenido un fuerte impacto en la industria de cruceros provocando que algunos barcos se hayan convertido en "cárceles flotantes" por la cuarentena. De hecho, otro de los barcos de Princess, el Diamond, estuvo aislado en Japón con más de 700 personas afectadas por coronavirus y con seis fallecidos a causa de dicha enfermedad.