Las fábricas alemanas han comenzado a destruir puestos de trabajo por primera vez en tres años, así como han cesado la renovación de contratos temporales, una situación que afecta directamente a la economía de los germanos y a su estilo de vida.
Ante este escenario, cabe destacar que Alemania es el principal mercado emisor de turistas, junto con Reino Unido, para España, por lo que una debacle en la economía del país germano podría tener consecuencias fatales para la industria turística, debido a un descenso de las reservas.
Según ha informado elEconomista.es, la crisis industrial que está atravesando Alemania, originada por la ralentización global y la guerra comercial, está teniendo efectos negativos en toda Europa.
Por ejemplo, el pasado marzo se registró el descenso más brusco, en seis años, del Purchasin Managers’ Index (PMI) en la zona euro - indicador macroeconómico que refleja la situación económica de una región-. En concreto, pasó de los 49,3 puntos de febrero a 47,5 puntos. Además, por segundo mes consecutivo se sitúa por debajo de los 50 puntos, lo que indica contracción (caída de la producción per cápita y el empleo).
Foto: bmwblog.com
La situación de Alemania se debe a la incertidumbre comercial y al debilitamiento de la demanda, agudizada por la crisis particular que sufre el sector del automóvil, que está inmerso en un período de transformación. El país germano es el principal exportador del mundo, donde el comercio representa el 86% del PIB, siendo los coches unos de los productos más vendidos.
Además de la falta de demanda, gigantes automovilísticos alemanes como BMW, Volkswagen o Porsche han tenido que frenar la producción de algunos modelos, por la nueva homologación de consumo de combustibles. Los pedidos se reducen, lo que obliga a disminuir la producción, debilitando así la confianza empresarial. La economía germana se salvó, a finales de 2018, de la recesión y actualmente se sostiene gracias al consumo y a la demanda interna.
Pocas economías europeas han logrado escapar de la recesión que sufre el sector industrial. Una de ellas es la española, que ha aumentado su PMI de los 49,9 puntos de febrero a los 50,9 de marzo. Sin embargo, toca esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, para conocer los efectos de la crisis alemana en España.
