El turismo chino es el gran premio por el que muchos destinos vacacionales luchan. No es para menos, ya que 130 millones de ciudadanos de China viajaron al extranjero en 2017 y la cifra no deja de crecer. Sus niveles de gasto son aún más atractivos, ya que durante sus viajes gastaron 115.300 millones de dólares.

Por todo ello, muchas campañas de marketing y productos turísticos están enfocados a los perfiles tradicionales: los habituales grupos de chinos que viajan en autobús con sus cámaras de fotos en las manos y que están interesados en la cultura y la historia. Sin embargo, en el país asiático ha surgido con fuerza un nicho al que no se le presta la suficiente atención: los FIT: free independent travellers o viajeros libres independientes.

Según revela Mak Chee Wah, CEO de la plataforma de viajes Wegogo, a Travel Daily Media, “un 60% de los viajeros de China son FIT”. Se trata de jóvenes que buscan nuevas experiencias, que hacen uso de las tecnologías para guiarse en su viaje y que prefieren viajar de forma independiente (no en grupo). “A ellos no les gustan los viajes grupales, eso es para otros”.

Otra característica de este grupo es que su gasto durante las vacaciones es ligeramente superior a la media de sus compatriotas. Según explica Chee Wah se trata de niños con “seis padres: sus dos padres y sus cuatro abuelos” que aportan todo el dinero necesario para que su el más joven pueda ver mundo.

Estos jóvenes FIT buscan según el ejecutivo “un  buen lugar donde tomar una foto”, espacios en los que hacer sus compras de lujo y “auténticas experiencias locales”.