“Se viaja más, pero se lee menos literatura de viajes”, eso es lo que argumenta Patricia Almarcegui, profesora de Literatura comparada, filóloga, escritoria, ex bailarina de ballet y viajera, que además es una voz destacada de la literatura de viajes en español.
Almarcegui atribuye este descenso a que: “El viaje se ha masificado, los jóvenes viajan mucho pero se van sin libros y sin haberse documentado en ellos. Se da también el viaje aventurero, pero eso genera obras de una calidad literaria menor. En cuanto a los destinos, los marcan las agencias low cost. La democratización del viaje ha hecho que se lea menos”. Sin embargo, esto no significa que el espíritu de los viajes haya muerto: “Todos hacemos a veces turismo, pero la experiencia auténtica del viaje sigue existiendo. El viaje que cambia el tempo de tu vida y tu propia vida, en el que ves mucho, escuchas mucho, reflexionas mucho, en el que te sumerges en lo extraño, en lo que jamás has visto, paladeando nombres exóticos, porque en realidad, viajamos para sorprendernos”.
Según la escritora, la literatura de viajes es uno de los géneros más difíciles porque: “La experiencia del viaje no es en realidad nada fácil de contar, no puedes limitarte a ser descriptivo. Por eso, por la peculiaridad de su voz nos conmueven Annemarie Schwarzenbach o Nicolas Bouvier".