La crisis del Covid-19 y las subsecuentes restricciones en los viajes y la movilidad han golpeado con fuerza al sector del alquiler vacacional que, hasta ahora, había estado en constante ascenso. Ante esta tesitura, los propietarios están buscando alternativas como el coliving universitario, una nueva forma de vivienda compartida diseñada para incentivar el emprendimiento.

Tal y como recoge Valencia Plaza, muchos propietarios están reconvirtiendo los edificios antes destinados al turismo para adecuarlos a las necesidades de este nuevo perfil de inquilinos. "Muchas propiedades están vacías y fondos, socimis y grandes propietarios de edificios buscan un nuevo rendimiento. El coliving para estudiantes está siendo una solución estable", comenta Alberto Añaños, CEO de Live4Life.

Añaños explica que el coliving genera altos niveles de rentabilidad y “mayor estabilidad”, algo muy buscado por los propietarios de edificios y pisos turísticos. Advierte que Valencia es un destino que atrae tanto a estudiantes de Erasmus de toda Europa, como a nacionales que quieren contemplar sus estudios con masters o doctorados, sin embargo, existe un bajo ratio de oferta de alojamiento para la alta demanda existente, con un ratio de 31 estudiantes por cama disponible. “Aunque los estudiantes en la ciudad hayan caído en torno a un 10%, hay una fuerte demanda", añade.

Un verano salvado

Lo cierto es que el alquiler vacacional aguantó a duras penas la temporada de verano. Según datos de la Asociación de Viviendas de Alquiler para Estancias Cortas de la Comunitat Valenciana (AVAEC), la ocupación media en Valencia durante el verano ha sido del 30%. Aquellas viviendas ubicadas en zonas de playa como El Saler, El Perelló o Patacona, alcanzaron hasta el 70% de ocupación, no obstante, quedaron lejos del 95% de años anteriores.