Países como Egipto y Turquía han vuelto a aparecer en los folletos de los touroperadores británicos. Dos mercados considerados prioritarios para el turista del Reino Unido, han comenzado a tomar fuerza en las campañas de cara al 2018.

La inestabilidad política y los atentados terroristas provocaron una ‘estampida’ de viajeros que pusieron su mirada, fundamentalmente, en los destinos españoles. Actualmente, la situación ha cambiado y las primeras cifras hablan de un crecimiento del 70% en el número de reservas para viajar a esos dos países, durante la próxima temporada estival.

El producto de sol y playa que se vende en España y, concretamente, en la Comunidad Valenciana, se siente amenazado ante la reapertura de enclaves como Egipto y Turquía. Desde la patronal hotelera de Benidorm y la Costa Blanca (Hosbec), aseguran que la ventaja que tienen los mayoristas en estos dos países, es que todas las reservas se gestionan a través de intermediarios, por lo que su margen de ganancia es muy alto. Lo anterior  se traduce en una negociación a la baja en aquellos destinos donde tienen menos peso, algo que, según denuncia Hosbec, ya se está produciendo en esta Comunidad.

Según explican el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, y el presidente de la patronal, Antoni Mayor, las cifras de llegadas de extranjeros a la región no debían de considerarse “limpias” porque existía una coyuntura internacional favorable. El mercado británico, aseguran, es el más importante para la Comunidad Valenciana, por lo que es difícil prever el impacto que podrá tener sobre las cifras de ocupación del año que viene.

Aunque Hosbec  puntualiza que el ritmo de reservas es positivo, existe una preocupación real por el mercado español. Sobre todo, después del balance de la temporada alta de 2017, donde las pernoctaciones fueron de 7,58 millones en julio y agosto, un 0,13% menos, como consecuencia de la mala respuesta del cliente nacional.

Los empresarios del sector temen que la ocupación hotelera baje debido a la competencia de otros destinos. En este sentido, existe la posibilidad de que tengan que bajar los precios del verano 2018 para mantener los índices de años anteriores.