El casco histórico de Palma (Mallorca) recibió a 90.000 personas diarias durante este verano, de las que 37.700 eran visitantes. Esta cifra ha hecho saltar las alarmas sobre la carga turística que puede soportar el centro de la ciudad, que ya está sufriendo la masificación turística.

Los datos se desprenden de un estudio que ha sido impulsado por la entidad ciudadana Palma XXI y la Fundació Iniciatives del Mediterrani, así como ha sido dirigido por la arquitecta y urbanista Maria Gómez. Según ha informado Diario de Mallorca, el presidente de Palma XXI, Jaume Garau, manifestó: “Es una carga turística muy elevada. Se da una situación de altísima intensidad”.

El informe apunta que se trata de una "proporción muy alta en un espacio de 143 hectáreas que padecen, sobre todo, los 25.000 residentes", ya que significa el doble de la presión turística de toda la ciudad. Por ello, han propuesto reducir la cantidad global en 75.000 personas para al año 2025, reduciendo a cerca de la mitad el número de foráneos, que serían 19.350. 

Al respecto, Garau señaló: "No estamos en contra del turismo pero proponemos, según modelos de ciudades como Budapest, decrecer con la diversificación turística", disponiendo otros centros de interés turístico fuera del casco antiguo. Mientras, al 64% de los vecinos les afecta esta masificación en su vida diaria y un 48% de los propios turistas consideran que "hay mucha gente" en el centro de la ciudad.