Un hotel está poniendo en peligro la vida de jóvenes de Tenerife (Islas Canarias). El establecimiento, ubicado en Añaza y abandonado desde los años setenta, es el lugar elegido por grupos de niños y adolescentes para pasar el tiempo. Muchos saltan de balcón a balcón, hacen botellón e incluso pernoctan en su interior. Las instalaciones están en ruinas. Todo el lugar está lleno de escombros, agujeros y hierros oxidados. 

Los vecinos de la zona llevan diez años denunciando las condiciones y piden que el edificio sea tapiado, se proceda a su demolición o se reconstruya para ser utilizado por la comunidad. La moda de jugar a ser turistas preocupa a las familias, que esperan que no tenga que ocurrir un grave accidente para que las autoridades tomen medidas al respecto.