España es un importante punto para la observación de aves con más de medio millar de especies, de las cuales 200 son migratorias, lo que atrae a muchos visitantes interesados en el birdwatching o avistamiento de aves —se estima que en Europa hay más de 10 millones de turistas que viajan para fotografiar aves—. Conscientes del potencial del turismo ornitológico son muchos los destinos que están apostando por este segmento, sin embargo, la proliferación de la gripe aviar podría truncar estos objetivos.

Y es que, según estudios científicos, el epicentro de esta epidemia se está trasladando desde Asia a Europa y África. Según recoge El País, la investigación del epidemiólogo Vijay Dhanasekaran, de la Universidad de Hong Kong, apunta a que, tras las grandes migraciones de noviembre, se podría producir un aumento de los brotes en la región europea, pudiéndose incluso transmitir a otros grupos animales como los mamíferos.

El informe indica que, desde el repunte de la gripe aviar en 2020/21, se ha registrado la muerte de más de 100.000 aves silvestres de 400 especies distintas. Esto merma la riqueza de la fauna y pone en peligro un gran recurso turístico y natural.

Y es que, además del impacto sobre el birdwatching, esta desaparición de aves también tiene otras consecuencias negativas como el aumento de las plagas que en muchas ocasiones lleva la propagación de enfermedades como el dengue.