Los hoteles de lujo de Barcelona siguen resistiendo sin bajar los precios, a pesar del impacto de la quinta ola de coronavirus, que ha limitado la llegada de turistas a la Ciudad Condal. El principal objetivo de este tipo de establecimientos radica en proteger su marca y posición.

Arancha Domínguez, directora de comunicación del Hotel Palace de Barcelona, antiguo Ritz, explica que en dicho establecimiento mantienen los precios “porque entienden que no es un tema de tarifas, no hay una crisis global y la gente se ha quedado sin poder adquisitivo: es un tema de que el cliente no puede llegar por las restricciones a la hora de viajar”.

Desde el Gremi d’Hotels no aconsejan sobre las tarifas, ya que rige el libre mercado. Sin embargo, Manel Casals, director general de la patronal, reconoce en declaraciones a El Español que, “puestos a elegir” desde la asociación prefieren “la calidad respecto a la cantidad”.


 

Batalla contra el turismo low cost

Por el contrario, lo que sí está llegando a la ciudad de Barcelona durante este verano son los denominados turistas ‘low cost’, según denuncian asociaciones vecinales como Fem Gòtic.

Se trata de un turista, por regla general, joven y extranjero que deja pocos ingresos en los negocios barceloneses. En cambio, sí que producen muchos desperfectos y molestias con “sus continuos botellones”, según denuncian los vecinos.
 


En el ámbito político, el concejal de ERC, Miquel Puig, ha exigido mayor control por parte de la Guardia Urbana de Barcelona, para “poner freno a los desmanes de este tipo de visitantes”. El edil ha tildado a este tipo de turismo como “un fenómeno destructivo y depredador”.